Conocé quién es ese hombre, el último practicante del ninjutsu.
Tiene 65 años, nació en Fukui (Japón), y es investigador universitario de ninjutsu y director honorario del Museo Ninja de Iga. Casado, sin hijos, Jinichi Kawakami es budista sintoísta y se entrenó desde los seis años en la paciencia y el sigilo.
Le pregunto a Kawakami si es capaz de oír caer una aguja al suelo en la habitación contigua, como cuentan. ¡Se ríe con ganas! "Entiendo que los ninja eran hábiles y escurridizos espías y saboteadores, no superhombres, si bien maximizaban sus dotes de observación mediante severo entrenamiento físico y sensorial. El resto es fantasía popular, muy bienvenida",responde.
En el transcurso de esta entrevista, me regala algunos gestos de invocación de las deidades sintoístas protectoras de los antiguos ninja.
- ¿Es usted ninja?
- Conozco las técnicas ninja, la historia de los ninja...
- ¿Es ninja o no es ninja?
- Fui entrenado desde niño para actuar como un ninja genuino. ¡Pero los ninja ya no existen!
- ¿Qué es un ninja?
- Un guerrero japonés especializado en las artes del sigilo.
- ¿Sigilo?
- Entrar sin ser visto en un lugar, hacer lo que haya que hacer... y salir sin dejar rastro...
- ¿Cuándo hubo ninjas?
- En Japón, del siglo XIV al XIX. Eran mercenarios, los fichaba un samurái para atacar al enemigo en sus guerras civiles...
- Me han dicho que es el último ninja...
- Lo dicen otros, no lo digo yo: es un modo de hablar, dado mi conocimiento del ninjutsu, es decir, de la destreza para escabullirse...
- ¿Escabullirse de dónde? ¿Para qué?
- Para cruzar un foso, trepar una pared, entrar en un castillo e incendiarlo, sabotear al enemigo, robar algo de un lugar protegido, obtener información reservada, reconocer un terreno, espiar secretos, secuestrar, atentar, crear confusión, motivar una revuelta...
- ¿Usted sabe hacer todo eso?
- Yo soy capaz de colarme en cualquier sitio y llevarme algo sin que me vean.
- Eso tiene nombre: ¡ladrón!
- Es cierto: el buen ninja tenía las habilidades de un ladrón fino, de un espía invisible...
- ¿Podría entrar en el despacho oval y traerme algo de Obama?
- Podría... sin las actuales técnicas de seguridad: los shinobi-no-mono actuaban cuando no había radares, micrófonos, cámaras, infrarrojos... El ninjutsu es un arte clásico.
- ¿Shinobi-no-mono?
- En japonés, así se denominaba originariamente a los ninja, y es traducible como "habilidad para el sigilo".
- ¿Eran los ninja como en las películas?
- La tradición popular mezcló realidad y fantasía para conformar la figura ninja que vemos en cómics, películas, novelas, series...
- ¿Ha oído hablar de Águila Roja?
- ¿...?
- Un ninja castellano de una teleserie.
- ¿Y qué hace?
- Acrobacias a pie y a caballo, y casi levita, aparece y desaparece...
- Los ninja sabían camuflarse muy bien, eso es verdad, disfrazarse, pasar inadvertidos...
- ...esquiva balas, desvía flechas, lanza monedas estrelladas...
- En el Museo Ninja tengo una caja con un juego de ese tipo de monedas. Sé lanzarlas.
- ¿Y puede acertar a veinte metros en la frente del enemigo?
- No, la verdad, eso sería casualidad.
- Qué decepción...
- He entrenado mucho, y eso es muy difícil... Un ninja tampoco levitaba, ¿eh? Y nadie puede esquivar una bala ni desviar una flecha... Pero nos gusta creer que es posible.
- ¿Iba armado el buen ninja?
- Una katana, un puñal, una estrella... eran sólo un recurso más, si se daba el caso. Lo mismo las artes marciales, si era preciso. Pero lo deseable era no hacer ningún uso de eso.
- Me decía que usted fue entrenado...
- Así es, de los seis años a los 20 años.
- ¿Desde tan pequeño?
- Sí. En mi barrio había un señor muy mayor, un viejecito con un puesto callejero que vendía hierbas, medicinas... Y él me enseñó.
- ¿Qué le enseñó?
- A lanzar monedas, a entrar y salir de sitios y coger cosas y traérselas...
- ¿Le enseñaba a robar?
- Me decía: "Entra en esa casa, coge un vestido del armario y tráemelo". Yo lo hacía..., y luego venía la segunda parte del ejercicio.
- ¿Cuál?
- "Vuelve a la casa, déjalo donde estaba y regresa, sin ser visto". ¡Esto era lo más difícil!
- ¿Por qué más difícil?
- Porque estás más atento cuando vas a coger que cuando vas a devolver: es más probable que cometas algún error. Yo me tomaba todo aquello como un juego... Lo hacía bien.
- ¿Qué más le enseñó su maestro?
- Me enseñó, sobre todo, gaman suru.
- ¿Qué es gaman suru?
- ¡Paciencia! Me enseñó a soportar, resistir, perseverar, sacrificarme, ser paciente..
- ¿Cómo lo hacía?
- Me pedía que repitiese una misma serie de movimientos durante mucho, muchísimo rato seguido, sin quejarme ni cansarme...
- ¿Qué decían de este juego sus padres?
- Les extrañaba e inquietaba un poco mi amistad con ese tipo, pero no me la prohibieron, sin saber muy bien de qué iba todo eso...
- ¿Es verdad que los sentido del ninja son más agudos y perceptivos?
- Entrenaban vista y oído para captar detalles. No tenían sentidos superdotados, sólo mayor atención y concentración.
- ¿Usa esas destrezas en su beneficio?
- Nunca he robado. Pero sí me han servido para captar mejor el fondo de las personas, ver lo bueno que hay dentro de cada uno.
- ¿Qué ninja fue el más famoso?
- Sarutobi Sasuke, en el siglo XVIII, convertido en un Robin Hood japonés. Pero el mejor ninja es el que pasó inadvertido, ese del que no sabemos ni siquiera su nombre.