Pabla Olsina prepara el mate y le agrega palo amarillo, un yuyo que recomienda para evitar resfríos y contrarrestar la baja tensión. Con 77 años, vive sola en una casita prestada y de paredes desteñidas, en lo alto del paraje La Garganta, a pocos metros del lago Los Molinos. Pabla es reconocida por su sabiduría respecto del uso medicinal de las plantas serranas. Tanto que hasta investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba suelen consultarla para sus trabajos.
El caserío humilde, dentro del departamento Calamuchita, está en jurisdicción de Villa Ciudad Parque, aunque a 15 kilómetros del centro del pueblo.
Nació en la cercana José de la Quintana, pero tres décadas atrás se mudó adonde hoy reside, para acercar a su madre “a la ruta” y agilizar la visita a médicos y centros de salud. Nacida y criada en medio del campo, tuvo seis hijos y una veintena de nietos. Es viuda y separada de su último compañero. “Tuve una vida dura por el trabajo y las enfermedades”, comenta.
Desde los 15 trabaja: cuida niños en casas de familias, cocina, es moza, va a un dispensario, prepara quesos y quesillos, curte cueros y hace “rellenos” de animales, una técnica similar a embalsamar. A ninguna tarea le esquivó esta mujer que sonríe y desparrama amabilidad. Acompaña el mate con “frititos caseros” preparados el día anterior. “Para uno de mis nietos los hice”, aclara.
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Fuente: La voz