Pixel, un bulldog francés de Polonia, aprendió en sus cortas 10 semanas de vida lo importante que es cuidar el territorio de invasores, como por ejemplo la gata de su dueño, Czika, quien parecía determinada a copar su cucha.
Con gruñidos, pataditas cortas y los dientes, el pequeño perro arrastró su cucha (con todo y gata) por varios metros hasta que se dio por vencido.
Sin embargo, el dueño de los dos animales publicó una foto reparadora en su cuenta de Instagram este martes, como para dejar en claro que no hay animosidad entre ellos. "No crean en todo lo que les dicen, nos queremos y compartimos la cama", explicó el humano detrás del par.