La más rabiosa que jamás se haya construido. Un juguete para multimillonarios, irracional. Y, además, una inescrupulosaostentación de tecnología. Todo eso es la Ferrari FXX K que la marca de Maranello está mostrando este fin de semana en el circuito Yas Marina de Abu Dhabi. Bajo el capó esconde, además de un laboratorio tecnológico, nada menos que 1.050 caballos de potencia, que sólo podrá disfrutar un selecto grupo de clientes de la marca.
La FXX K está basada en LaFerrari, el primer modelo híbrido de la casa italiana. Como máxima expresión tecnológica acunada en Maranello, esta joya de 1.345 kilos combina un motor V12 convencional de 860 caballos con otro impulsor eléctrico que aporta 190 caballos. Entre ambos ubican a este superdeportivo como el más potente que se haya creado en Maranello. Sus ideólogos decidieron acompañar tremenda dupla con una caja de cambios de doble embrague y siete marchas.
No hubo límites entre los técnicos del Cavallino Rampante a la hora de pensar y darle forma a la FXX K. Y así lo plasmaron: el modelo no respeta ningún tipo de normativas y homologaciones, ni de calle ni de carreras. "Ha sido desarrollado sin guardar límites, incorporando las más diversas tecnologías de punta, que entreguen al piloto la mejor experiencia de conducción posible", explican en Ferrari.
La K en el nombre del deportivo hace referencia al KERS (kinetic energy recovery technology o sistema de recuperación de la energía cinética), utilizado para impulsar las prestaciones en circuito y uno de lo logros tecnológicos por los que los técnicos del Cavallino inflan el pecho.
Tremenda decisión de llevar adelante este modelo tiene que ver con los planes de la firma italiana para los próximos años: la idea es que haya un programa de competición monomarca en el que los afortunados clientes-probadores comprueben las bondades del coche, algo que también ocurrió con el anterior FXX (basado en el Ferrari Enzo).
Por lo que se conoce hasta el momento, los circuitos serán el único hábitat posible para esta criatura nacida para pulverizar los límites ya establecidos por cualquier superdeportivo. Se desconoce su precio, pero habrá que pensar en el orden de varios millones de euros. Tampoco se sabe aún cuántas unidades se producirán dentro de la previsión de una tirada muy limitada. Lo que está claro es que la Ferrari FXX K es lo más extremo que ha regalado el ADN de Maranello.