Esto comprueba nuestra teoría que el mercado se comporta como maníaco depresivo o bipolar, pasamos de la profunda depresión a un estado de euforia.

Nosotros trataremos de ver en que cambió el mercado y entender el razonamiento de los productores americanos en manos de quién está hoy la mayor oferta, por ende la producción de maíz y soja del mundo.
 
Si bien el ritmo de implantación fue bueno, el año fue húmedo por ende se demoró la recolección o el farmer tiene que pagar acondicionamiento por sus granos, cosa que intentará evitar por todos los medios, mas teniendo en cuenta que los precios de venta de son bajos. Cumplirá con sus compromisos y el resto lo guardará tal como lo hace el productor local. No hace falta explicar que si el hombre de campo del país del norte tiene que vender priorizará comercializar primero la oleaginosa que vale 2,75 veces más que el forrajero.
 
Sin embargo las noticias de los lotes cosechados indican que los rindes son excelentes, acorde con la buena condición de los cultivos durante todo el desarrollo de la campaña, es decir que estamos esperando que la oferta de poroto de soja del mundo se incremente.
 
Si a esto le sumamos que posiblemente Brasil devalué su moneda y se torne más competitivo en el mundo la oferta de soja seguirá subiendo.
 
Quizás entonces debamos atribuirle a la economía global las alzas de los precios, pero las economías de los países motorizadores de la demanda se encuentran en recesión.
 
Entonces tenemos que pensar, y encontrar una salida elegante para explicar este movimiento de precios en una economía recesiva, grandes reservas de granos en manos de países agro exportadores, dos años de buenos rindes y la mejor cosecha de la historia en los Estados Unidos. Que los precios suban parece casi un milagro.
 
Sin noticias desde el punto de vista fundamental, ni técnico las razones esgrimidas por los analistas no terminan de convencerme con respecto a la soja; quizás algo en el maíz, que debe mejorar su precio relativo con respecto al poroto. El volumen operado productos prende una luz de esperanza en el maíz que tiene mayores valores con una tendencia saludable donde la cantidad de operaciones le dan algo de sustento, sin embargo en el caso de la soja el volumen operado es bastante inferior.
 
En el mercado local los productores que siguen reteniendo la mercadería le están ganando la pulseada a las fábricas obligándolas a pagar muy buenos valores y con un mercado invertido pronunciado comparando los precios disponibles con los de la nueva cosecha. El hombre de campo sigue tirando del lazo, hasta ahora le va bien pero hay que ver hasta cuando aguanta la soga.
 
En consecuencia todo parece indicar que esta primavera en los precios de la soja, algún día se terminará, las subas en Estados Unidos no se trasladan directamente al mercado local, son menores, producto de un mercado argentino sobrevalorado, haciendo peligrar el premio que hoy presentan las cotizaciones.
 
En síntesis la enseñanza que nos deja todo esto es que incorporar herramientas de coberturas en la comercialización es necesario en todos los escenarios porque la volatilidad que presentan los mercados expone a nuevos riesgos al empresario agrícola.
 
Juan Vasquetto