El bipartidismo marca la vida política brasileña de los últimos 20 años. El PSDB gobernó entre 1994 y 2002, año en que la posta fue tomada por el PT, primero con Lula y después con Rousseff.
La segunda vuelta electoral entre la presidenta, Dilma Rousseff, y el opositor Aécio Neves será un nuevo embate entre el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), contienda que se repite desde hace ya dos décadas.
Aunque en Brasil están oficialmente registradas 32 formaciones políticas, el país se mantiene de hecho en un régimen bipartidista desde 1994, cuando Fernando Henrique Cardoso, del PSDB, se impuso al fundador del PT, Luiz Inácio Lula da Silva, en las elecciones presidenciales.
En 1998, Cardoso volvió a tener como adversario a Lula y fue reelegido para un segundo mandato de cuatro años, pero el dominio político del PSDB se acabó en 2002, cuando ese partido postuló al exministro de Salud José Serra.
Lula derrotó a Serra en segunda vuelta y fue reelegido en 2006, cuando el PSDB presentó como abanderado al actual gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin.
Para los comicios de 2010, Lula le impuso al PT la candidatura de Dilma Rousseff, quien hasta ese momento nunca había postulado a ningún cargo electivo y se convirtió en la primera mujer en gobernar el país al derrotar otra vez a Serra.
El bipartidismo pareció estar en jaque por primera vez durante el proceso electoral de este año, en el que la ecologista Marina Silva, candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB), llegó a liderar las encuestas para la primera vuelta del 5 de octubre.
Silva se presentó como abanderada de una “nueva política” opuesta a los “partidos tradicionales” y una de sus principales propuestas era “romper la polarización” entre el PT y el PSDB, de la cual sostenía que el país se había “convertido en rehén”.
Pero ese discurso no caló; el apoyo a Silva se derrumbó en los últimos días de campaña y la ecologista fue relegada al tercer lugar por Neves, que volvió a llevar al PSDB a la votación definitiva de este domingo.
Dos modelos en juego
Como en todas las elecciones anteriores, los brasileños escogerán entre los dos modelos económicos que encarnan ambos partidos, esta vez representados por Rousseff y Neves.
El PT defiende el “Estado regulador” de la economía, que le dio resultado durante los dos mandatos de Lula pero da señales de agotamiento con Dilma, mientras que Aécio le propone al elector un “Estado mínimo”, que fortalezca el papel del sector privado, como ocurrió en la gestión de Cardoso.
En el plano social, que el PT esgrime como bandera, no existen grandes diferencias de fondo. Uno y otro se comprometieron a mantener y ampliar los vastos programas de apoyo a los más pobres.
Esos planes de combate a la pobreza comenzaron de hecho durante la gestión de Cardoso, pero fueron expandidos en los gobiernos de Lula y Rousseff, que les asignaron mayores recursos y multiplicaron el número de personas beneficiadas, que hoy se sitúa en torno a los 50 millones.
La “paternidad” de esos programas llegó a ser discutida por ambos candidatos en uno de los debates. “Si vamos a ver, el padre fue el presidente Cardoso y la madre fue su esposa, Ruth Cardoso”, le espetó Neves a Rousseff hace una semana al aludir a “Bolsa Familia”, el principal de los programas sociales aplicados por el PT.
Rousseff respondió irritada. “Ahora me van a decir que (Cardoso) es el padre de Bolsa Familia. Es algo totalmente distorsionado pues el PSDB nunca tuvo programas sociales de grandes proporciones”, afirmó la presidenta-candidata.
Las últimas encuestas han mostrado que la polarización entre el PT y el PSDB persiste y le atribuyen a Rousseff una ligera ventaja de dos a cuatro puntos porcentuales para las elecciones del domingo.
En un escenario tan reñido, Neves ha dedicado el tramo final de la campaña a intentar convencer a los brasileños de que el PSDB es capaz de recomponer la golpeada economía del país y de recuperar las banderas sociales que el PT le arrebató en los últimos 12 años, con la expansión de los planes de combate a la pobreza.
52% a 48% se impone Rousseff sobre Neves
Nueva encuesta. La presidenta Rousseff amplió la brecha sobre su adversario Neves para la segunda vuelta de las presidenciales. La empresa Datafolha informó que Dilma obtuvo 52 por ciento de las preferencias, mientras que Aécio alcanzó 48 por ciento. El sondeo tiene un margen de error de dos puntos porcentuales, lo que significa que los candidatos están aún en empate técnico.
En los estados más poblados. Ambos candidatos intensificaron ayer la campaña en Minas Gerais y Río de Janeiro, segundo y tercero colegios electorales mayores del país. Rousseff visitó primero Uberaba, una importante ciudad ganadera e industrial en Minas Gerais, y después hizo una marcha con mujeres y miles de militantes en Duque de Caxias, uno de los populosos municipios que conforman el área metropolitana de Río de Janeiro. Neves concentró sus fuerzas en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, que en la primera vuelta fue favorable a su adversaria por estrecho margen.
Un tema imprevisto
La crisis de abastecimiento de agua en San Pablo se metió en la recta final de la campaña. Los paulistas reclaman respuestas.