Hubo cruces entre los candidatos a la presidencia de Brasil. La segunda vuelta electoral se realizará el 26 de éste mes.
Estancados en el terreno del empate técnico de cara a la segunda vuelta electoral del 26 en Brasil, la presidenta Dilma Rousseff y el senador socialdemócrata Aécio Neves se lanzaron ayer a la guerra total. Un nuevo debate televisivo entre los dos candidatos se volvió una suerte de lucha de box con golpes bajos, denuncias de mentiras y manipulación, acusaciones de "campaña perversa" y "visión elitista", en la que no faltaron silbidos y aplausos de parte de los equipos de asesores a cada lado del ring.
La tensión en los estudios del canal SBT era tal que tras el reñido encuentro Dilma, del Partido de los Trabajadores (PT), sufrió una baja de presión y tuvo que interrumpir la entrevista que le estaban realizando. El malestar no pasó a mayores, pero fue visto en vivo por todos los que seguían la transmisión.
Como en anteriores debates, la deteriorada situación económica y el escándalo de corrupción en la estatal Petrobras estuvieron siempre presentes, pero esta vez los candidatos apuntaron a atacarse con cuestiones más personales. Aécio, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), reveló que el hermano de la presidenta, Igor Rousseff, fue contratado por un alcalde oficialista y cobró un sueldo sin ir a trabajar nunca. Dilma, en tanto, criticó al senador opositor por haberse negado a hacer el test de alcoholemia cuando fue detenido en 2011 y se le quitó su licencia de conducir.
Las acusaciones contra el hermano de la presidenta llegaron luego de que en el debate anterior, el martes por la noche, Dilma acusó a Aécio de nepotismo por haber contratado a su hermana Andra cuando él era gobernador de Minas Gerais (2003-2010). Aécio explicó que ella ejerció un cargo de tipo voluntario, sin retribución, y que tradicionalmente está reservado a la primera dama del estado, pero como entonces él era soltero la eligió a ella.
"Ahora, ¿usted conoce al señor Igor Rousseff? Su hermano fue nombrado por [el ex alcalde de Belo Horizonte, el petista] Fernando Pimentel y nunca apareció a trabajar. Mi hermana trabaja mucho y no recibe nada. Su hermano no trabaja y recibe mucho", disparó Aécio.
Dilma no comentó la acusación, pero disparó contra la fama de "fiestero" que pesa sobre Aécio, al recordar el episodio en el que se le retiró la licencia de conducir y señalar que por conductores ebrios y drogados hay tantas muertes en accidentes de tránsito. "Yo no conduzco bajo los efecto del alcohol o la droga", resaltó la presidenta.
Aécio reconoció haber rechazado el alcoholímetro y, exasperado, condenó a la presidenta por desatar una "perversa" campaña contra sus adversarios: antes la ecologista Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), y ahora él. "No trajo durante todo este debate ni siquiera una propuesta. Está ofendiendo a todos los brasileños que quieren un cambio. Su gobierno fracasó y se encamina a perder esta elección", subrayó Aécio, mientras que Dilma indicó que los gobiernos pasados del PSDB "sólo veían a las elites" y que afortunadamente durante su administración "Brasil está cambiando para mejor".