Alguna vez estuvieron del mismo lado pero ahora los separa el mostrador de la realidad. Uno es gerente del banco, el otro el productor agropecuario. Compartieron asados, los hijos van a la misma escuela, y en pueblo chico hasta alguna novia "festejaron" por igual. Pero todo cambia, sobre todo la inflación, siempre para arriba, y ahí empiezan las diferencias entre el gerente y el productor que más que amigo ahora es un "cliente".
El negocio se puso difícil y muy justo. La relación campo-banco es tensa, se necesitan mutuamente pero un punto más o un punto menos de financiación puede dejar a uno de los dos con números negativos. Y en general el que queda abajo es el productor que tiene menos dorsales que la banca nacional o extranjera.
"Hoy los productores pasan más tiempo en el banco que en el campo", dice Gastón Fernández Palma, productor rural de Necochea. "El temor por el corte de la cadena de pago ya está presente", agrega el productor y presidente de Maizar, la entidad que agrupa a la cadena de la producción de maíz. Todo en un clima de inestabilidad y baja de precios.
En el sudeste bonaerense el 90% de los productores tienen la producción vendida, cobrada y gastada; y la inflación se lleva la renta sumada a la presión impositiva asfixiante.
Es un error pensar que en el sudeste hay producción reservada para especular como creen en ámbitos oficiales. El grano que quedó en los campos no se puede sacar ni aunque se quisiera, los caminos están inaccesibles por las lluvias y la renta presunta es liquidada por la inflación.
Las tarjetas "rurales" de los bancos ofrecían financiación hasta 180 días, cuotas fijas y en pesos para comprar los insumos. Repito, ofrecían, tiempo pasado.
En las cooperativas se escucha: "Si sos un Don Nadie no te prestan ni el baño, si el productor está ahorcado te pueden invitar unos mates, y si sos cliente de siempre mate y facturas. Pero el crédito se complica, si te lo dan te trasladan los costos de financiación".
En los próximos 2 meses el productor se dedicará a preparar la campaña de granos gruesos, para eso tiene que gastar en siembra y protección de las futuras plantas, pero será de muy difícil financiamiento y para no quedar mirando al norte muchos gastarán menos en tecnología.
Menos inversión, menos producción o dicho en otros palabras: "Animal acorralado no engorda".
Por: Juan Miceli jmiceli@infobae.com