Nuevo récord, pese a los patrullajes en la City; la tenencia del BCRA volvió a niveles que no tenía desde abril.
El precio de venta del dólar en el mercado paralelo marcó ayer un nuevo récord nominal al alcanzar $ 14,47, un 0,5% por encima del máximo que alcanzó el viernes.
El avance llega en momentos en que el Banco Central (BCRA) mantiene congelado el oficial mayorista en torno de los $ 8,40 y tira para abajo los precios de los futuros cambiarios (de los $ 9,6370 que convalidaba en abril o los $ 9,3570 de julio, a los $ 9,0830 de ayer) en un intento por convencer al mercado de que no habrá un nuevo ajuste cambiario.
Sin embargo, como por ese congelamiento la brecha abierta entre uno y otro tipo de cambio se mantiene en niveles que no mostraba desde los días previos al salto devaluatorio de fin de enero, los esfuerzos oficiales por desarmar esas expectativas se revelan vanos.
El nuevo récord llegó al cabo de una jornada en que efectivos de la Gendarmería volvieron a patrullar el centro porteño, como hace una semana, para paralizar las operaciones con la idea de que eso ayudará a aplanar los precios. Pero esa estrategia luce poco efectiva ahora que la carrera del paralelo surge por simple transmisión de los máximos que alcanzó el cambio en las operaciones que se cursan a través de la plaza bursátil.
Más aún cuando, ante el férreo racionamiento dispuesto en el acceso al mercado oficial para el pago de importaciones, crece el número de empresas que (en muchos casos, instadas por funcionarios oficiales) acuden al contado con liquidación para poder cancelar esos compromisos, aunque a mayor costo, para no poner en riesgo su relación comercial con proveedores del exterior.
Pero es precisamente esa demanda la que ayuda a mantener firme el precio del dólar-Bolsa, a la vez que empuja al alza al paralelo.
El estrés cambiario quedó a la vista además en la nueva e importante pérdida de reservas que debió admitir el BCRA, pese a las medidas que adoptó en las últimas horas para tratar de asegurar un repunte en la liquidación de exportaciones.
El jueves, mediante la Comunicación "A" 3608, repuso una norma de 2002 que penaliza a los exportadores cuando no ingresan las divisas en el plazo exigido, en la sospecha de que hay US$ 2000 millones atrasados.
Pese a esa amenaza, la entidad debió reportar al final del día otro descenso de US$ 184 millones en su tenencia (cayó de 28.405 millones a 28.221 millones), con lo que ya resignó unos US$ 1500 millones al cabo de las últimas 36 jornadas hábiles, ya que sigue muy activa la ventanilla de pagos (de la deuda y por importaciones de energía) y poco frecuentada la de cobros, en un contexto de marcada reticencia de los exportadores a liquidar. Ayer se conoció que la semana pasada el complejo cerealero (responsable de un tercio de las exportaciones) liquidó US$ 242,3 millones, el menor monto semanal desde comienzos de marzo y 15% inferior al vendido en la semana previa.