Luego de una semana de conciertos, los dos pianistas se presentaron ayer junto a los comediantes en el Teatro Colón, en una velada tan inédita como magnífica.
Luego de una semana intensa, con mucha actividad de conciertos de Martha Argerich, Daniel Barenboim y la orquesta West-Eastern Divan, el de anoche fue uno de los momentos más esperados de esta saga de presentaciones en la Argentina: la actuación con Les Luthiers, en el Teatro Colón.
En este gran ciclo hubo varios hitos: el recital de piano que Argerich y Barenboim dieron juntos el martes pasado y, días antes, la función inaugural de sus presentaciones en la Argentina, con un programa para piano y orquesta que incluyó el Concierto N° 1 de Beethoven y varias de las más populares obras sinfónicas de Ravel. O las funciones en las que Barenboim y la orquesta abordaron fragmentos de Tristán e Isolda, con la participación de Peter Seiffert, Waltraud Meier, Ekaterina Gubanova y René Pape.
Sin embargo, la actuación con Les Luthiers era una de las que mayor expectativa provocaba por lo impensado de esa reunión. Incluso, llamó la atención el programa elegido: La historia de un soldado, compuesta en 1917 por Igor Stravinski sobre la base de un texto de Charles Ferdinand Ramuz, y El carnaval de los animales, suite de catorce movimientos escrita en 1886 por Camille Saint-Saëns.
En la historia que cuenta las desventuras del soldado José participaron una orquesta de cámara integrada por siete instrumentos, Barenboim en la dirección y tres de los Les Luthiers, Carlos López Puccio, encargado de algunos relatos, Daniel Ravinovich, como el soldado, y Marcos Mundstock alternando la voz de El Diablo, la Princesa y los relatos. Si bien en las primeras escenas la acción se mantuvo en los cánones habituales, a los pocos minutos los tres Luthiers comenzaron a hacer de las suyas con algunos gags ante la atenta mirada del maestro Barenboim.
En cambio, para El carnaval de los animales -además de incluir a Martha Argerich para entablar un diálogo de teclados con Barenboim (la obra requiere dos pianos) y los Luthiers que faltaban, Carlos Núñez Cortés y Jorge Maronna- el legendario grupo puso en escena todo su histrionismo, con intervenciones breves y precisas, que hasta les dieron participación a los pianistas. Y como no podía faltar, Johann Sebastian Mastropiero (el mítico personaje de los espectáculos de Les Luthiers) se hizo presente con comentarios desopilantes y destruyó con ácidas críticas la obra de Saint-Saëns. Una noche para alquilar palcos y plateas.
Ayer al mediodía, los pianistas, la orquesta y Les Luthiers habían ajustado los últimos detalles durante un ensayo abierto con público que se convirtió en una función con todas las de la ley: primera parte, intervalo, segunda parte, muchísimos aplausos y bises, en donde no faltó un toque folklórico al estilo chalchalero con el gato "El explicado" (pieza escrita por don Cantalicio Luna).
Les Luthiers consiguió que tanto Argerich y Barenboim como los músicos de la agrupación de cámara (aunque la mayoría no hablara castellano) fueran cómplices de sus aventuras. Antes de comenzado el ensayo, Barenboim debió pedir silencio a los plateistas que recién ingresaban (situación que por la noche se repitió en la gala). Y lo hizo con una humorada: "Silencio por favor. Y no olviden encender sus celulares, una vez que todo esto termine".