Representó para la ciudad de Córdoba la ampliación de la oferta de muestras temporarias con el traslado de la colección permanente al Museo Evita-Palacio Ferreyra, en ese puente virtual del arte que atraviesa la avenida Poeta Lugones.
La ubicación estratégica del hôtel particulier de los Ferreyra, proyectado en París por René Sergent, conocido entre pares como "el arquitecto de los Alvear" (Sans Souci, el palacio Bosch y el Errázuriz) permitió aventurarse en la transformación del Caraffa, pasó de ser el museo canónico del siglo XX a la sede física de exhibiciones del siglo XXI.
Visitar el "nuevo Caraffa" es también la oportunidad para disfrutar del entorno del Parque Sarmiento. El pulmón verde de la capital mediterránea recuerda que fue el empresario inmobiliario Miguel Crisol quien contrató al paisajista francés Charles Thays para que proyectara el parque de su propiedad a fines del siglo XIX. Y así fue como Thays viajó a la Argentina. Antes de regresar a Europa, el intendente Bollini lo tentó con dirigir Parques y Paseos en Buenos Aires, una ciudad en la que estaba todo por hacer y que contaba con presupuesto para ejecutarlo. Thays aceptó, con la condición de un concurso de antecedentes, que, sin ninguna dificultad, ganó por unanimidad.
Como Director de Parques y Paseos, transformó el paisaje urbano de la capital de los argentinos; trazó plazas y parques y plantó 150.000 árboles, muchos de ellos traídos en su regazo desde el norte para que la ciudad contara con una paleta espléndida, que va del rosa intenso del lapacho al azul de jacarandá, el amarillo de la tipa y el blanco del palo borracho.
Sin la invitación de Crisol, es probable, por no decir seguro, que Thays jamás hubiera venido a nuestro país y ese legado de excepción sumado al de parques privados, a la traza de Barrio Parque y a la de Parque Lezama, entre muchos otros, no existiría. Curioso destino.
En el vecindario del Parque Sarmiento se levantó en las primeras décadas del siglo XX el Museo Provincial, pabellón histórico del actual Museo Caraffa. El proyecto lo firmó el húngaro Juan Kronfuss, nacido en Budapest en 1872. Formado en Alemania, Kronfuss llegó a Buenos Aires con el nuevo siglo y proyectó el edificio del Hotel de Inmigrantes en Puerto Madero, última escala del viaje al Nuevo Mundo. En 1915 se trasladó a Córdoba como director provincial de arquitectura. Se ocupó de obras de fuste, entre ellas el Museo Emilio Caraffa, para el que diseñó una fachada neoclásica severa y rotunda que se impone por la armonía de sus líneas, pero también por el acertado emplazamiento del edificio. Los dibujos originales del proyecto, una expresión de talento único, están en manos, o al menos lo estaban hasta hace poco tiempo, de una conocida coleccionista cordobesa. Es difícil imaginar una mejor ocasión que ésta para organizar una gran exposición y mostrar al público cuál fue la génesis de la obra impulsada durante la gestión de Ramón J. Cárcano e inaugurada oficialmente en 1916. En los tiempos cercanos, el gobernador De la Sota lideró la transformación de siglo XXI y, obviamente, arbitró los fondos para que se concretaran la ampliación y la mudanza de las colecciones al Museo Evita-Palacio Ferreyra, dirigido por Tomás Ezequiel Bondone.
Como sucede en la actualidad con todos los museos del mundo, el Caraffa cobró en la nueva era un inusual protagonismo en la agenda del tiempo libre de los cordobeses y cumplió con un calendario de muestras temporarias orientadas a los iniciados y al gran público, con la dirección de Jorge Torres y el sostenido apoyo de la Asociación de Amigos presidida por José Luis Lorenzo, coleccionista y miembro del comité latino de la Tate Modern.
Hasta fines de agosto, el Caraffa tiene una propuesta a la carta. Son seis exposiciones multidisciplinarias.
La ya casi legendaria Ides Kihlen muestra sus grafismos inconfundibles salidos de la inventiva de quien a los 97 años bien cumplidos no conoce barreras ni límites. En la gran sala de luz cenital (la original sala de acceso en el edificio de Kronfuss) se exhiben obras de Andrés Waissman, embarcado en atractivas búsquedas formales, monocromáticas, y en el uso de materiales insólitos -como la virulana- con fines pictóricos.
Recibe el Museo Caraffa la obra de la rosarina Nicola Costantino, representante argentina en la última Bienal de Venecia. Se trata de un recorrido por sus trabajos fotográficos de los últimos años, realizados en colaboración con Gabriel Valansi. Como es habitual, Nicola orienta su producción en dos direcciones: la cita de obras históricas (Berni, Man Ray, Diane Arbus) y la mirada autorreferencial. En algunos casos el voltaje expresivo es bastante más dramático que en las obras de la norteamericana Cindy Sherman, paradigma absoluto de la mirada autorreferencial.
La muestra se llama Alteridad y es la artista como sujeto excluyente. Una práctica que ejercita desde 2004, cuando creó la obra Savon du corps con la grasa extraída de su cuerpo en una lipoaspiración. Se exhibe también la película-tráiler (ya estrenada en la fundacion YPF en la gestión de Eskenazi).
Talento cordobés, el escultor Tulio Romano muestra los alcances de su lenguaje formal en obras sobre madera; muy expresivas en esa rusticidad casi ingenua que lo vuelve al mismo tiempo misterioso. Completan la selección de seis exposiciones, celebración de un siglo del Caraffa, las obras de Néstor Candi, esculturas en metal y madera, aéreas y rítmicas; y la colección de capós de Porsche del coleccionista Jorge Gómez, curada por Loreto Arenas. Polesselo, Compagnucci, Schvartz, Doffo, Stupía, Hoffman, Batalla y Marta Minujin, entre otros, firman en este soporte inusual que ha llevado el arte argentino a los museos de Stuttgart (2011) y Málaga (2012).
EL MUSEO CARAFFA EN EL TIEMPO
1914
Salas de Pintura
Se inaugura un espacio de exhibición en el Museo Provincial y la Comisión de Bellas Artes implementa una política de fomento de colecciones públicas en el interior. Un acto trascendental para Córdoba
1916-1919
Deodoro Roca
Es designado director del museo provincial y su gestión se orienta a la especialización museística y promueve abandonar definitivamente la idea de una institución politécnica
1915
Proyecto de Juan Kronfuss
El arquitecto de origen húngaro presenta los planos de un museo de línea neoclásica impulsado por el gobernador Ramón J. Cárcano. Se inician las obras cuya finalización está prevista para 1916
1926
Bailarines de Pettoruti
Por iniciativa de Cárcano se adquiere una obra del cubista platense en el Salón Fasce para la colección del museo. La compra provoca desconcierto entre los críticos y suscita discusiones en la prensa local y nacional
1930-1946
Antonio Pedone director
Nombrado por decreto, afirma la autonomía del museo y emprende una serie de acciones y adquisiciones, con conferencias y ampliación del horario de visitas, que orientan al museo en una nueva dirección
1958
I Salon IKA
Con el auspicio de Industrias Káiser Argentina se inaugura el primero de una serie de salones multidiscplinarios. El ciclo culmina en 1963 y da lugar a las Bienales Americanas impulsadas desde Estados Unidos
1984
Nace la Asociación de Amigos
Tras varios intentos fallidos nace la Aamec, que designa como primer presidente a Rafael Ferraro, el objetivo de la entidad es brindar apoyo al museo en todas sus actividades
2006
Ampliación y refuncionalización
Aprobada por ley, se inicia la ampliación del museo (estudio Gramatica-Morini-Urtubey) y se determina la transformación del Palacio Ferreyra en espacio de exhibición permante de la Colección Museo Caraffa
2010
Donación Antonio Seguí
La colección de la Fundación Centro de Arte Contemporáneo creado por Seguí es cedida en comodato a la provincia y junto con el acervo de las obras de las Bienales IKA se exhibe en el Museo Evita-Palacio Ferreyra.
Por Alicia de Arteaga | LA NACION