Una multitud se aprestó a festejar el gran Mundial que redondeó Argentinaen Brasil, pese a la derrota en la final. A pesar de algunos incidentes, el grueso de los hinchas que llegó a la zona del Patio Olmos logró demostrar su identificación con el equipo de Sabella. Hubo unos 66 aprehendidos, 40 de los cuales fueron menores. El comisario mayor Jorge Gómez calificó de exitoso al operativo que implementó la Policía.
No bien terminado el partido, en la esquina de bulevar San Juan y Vélez Sársfield frente al mencionado centro comercial, un grupo de vándalos comenzó a arrojar piedras, generando algunos destrozos. Sin embargo, el rápido accionar de la Guardia de Infantería de la Policía logró reducirlos a la brevedad. Por el hecho, un móvil satelital que trabajaba para canal 10 terminó con el parabrisas roto.
La fuerza de seguridad informó que detuvo al menos a 66 personas: 20 por contravenciones, seis por delitos, y 40 menores de edad que quedaron a disposición de sus padres. Los efectivos secuestraron bebidas alcohólicas y "puntas" o armas blancas.
Pasadas las 19.20 del domingo, la situación se había normalizado, mientras el grueso de la gente llegaba por General Paz, donde se implementó un doble cordón de seguridad: el primero, para cortar el tránsito vehicular (sobre Colón) y, el segundo (sobre 27 de Abril), para controlar a quiénes se acercaban al lugar de celebración, con controles sobre los bolsos y mochilas y la requisa de personas.
El equipo, un orgullo
A partir de ese momento, sólo hubo celebración. Miles de personas llegaron desde diferentes puntos de la ciudad para manifestarse en apoyo a la selección argentina, pese al tropiezo en el último partido frente a los germanos.
"Ha sido un triunfo para todos. Un equipo que se ha ido desarrollando y llegó a lo máximo", contó Christian, mientras caminaba hacia el punto de encuentro, de la mano de su hija. "Hemos sido mejores que Alemania, no les hemos dejado armar nada", continú con su análisis de la final. Además, también hizo referencia al polémico arbitraje de Nicola Rizzoli: "La sensación, al igual que en el 90, es que nunca los árbitros están del lado nuestro, siempre están en contra nuestro. Nunca hemos tenido un árbitro al nivel de una final de la Copa del Mundo", cerró.
"LLegar a la final no es de todos los días, hay que festejarlo", expresó, por su parte, Marcelo otro de los tantos hinchas que llegó en familia al festejar por el buen papel de la selección. "Era para cualquiera, lo tendríamos que haber ganado en el primer tiempo", dijo sobre el encuentro en el Maracná". "Empezamos de menor a mayor, y ahora nos queda un equipazo para las eliminatorias y el próximo Mundial", se esperanzó sobre el final.
Los festejos continuaron con normalidad al menos hasta las 21.45, cuando la multitud comenzó a desconcentrarse bajo la llovizna que caía en Córdoba. A esa hora, el tránsito vehicular se vio normalizado.