Usó de nuevo el mismo diseño que vistió para las fotos oficiales que conquistaron a los holandeses poco tiempo antes de convertirse en soberana, cuando cumplió 40 años.
En mayo de 2011, Máxima de Holanda cumplía cuatro décadas de vida y la Casa Real quiso agasajar a su princesa con la publicación de nuevos retratos oficiales suyos . Cuando se dieron a conocer esas imágenes, tomadas por el famoso fotógrafo Erwin Olaf, la maximanía estalló nuevamente. Es que si algo destacan los holandeses de la argentina que hoy ya es su reina es su belleza y simpatía, dos atributos que quedaron capturados a la perfección por la lente del fotógrafo en sendos retratos para la posteridad. En uno de ellos, elogiadísimo, Máxima posa recorriendo los jardines de Villa Eikenhorst, su residencia oficial, con un vestido natural con florcitas negras y blancas bordadas, mangas flamencas hasta el codo y un cinturón negro. Una verdadera joya del diseño de modas que encantó al pueblo holandés.
Esta semana, en uno de los compromisos oficiales que tienen a los reyes de visita en Polonia, Máxima volvió a lucir ese emblemático vestido, esta vez adornado con un exótico fascinator negro y un coqueto clutch a tono.
Sin dudas, las miradas se concentraron en ella no bien puso un pie en el Estadio Nacional de Varsovia, donde tiene lugar la muestra del foro económico polaco-holandés "Innovación: Soluciones para un futuro común", pese a que iba del brazo del soberano de Holanda, quien siempre se muestra orgulloso de la atracción que genera su mujer.