Michael Jackson ha sido más prolífico desde que murió que lo que fue mientras estuvo vivo. Para su segundo álbum de estudio póstumo, un poco escueto en sus ocho canciones, Timbaland y Jerome Harmon lideraron un equipo de productores que le añadieron sustancia, e incluso erupciones de dubstep, a los tracks sin terminar que Jackson compuso entre 1983 y 2002.

"Loving You" (que se grabó durante las sesiones de Bad, en 1987) respeta el legado maravilloso y relajado de "Rock With You" y "The Way You Make Me Feel". Pero es una excepción: la mayoría de las canciones están desperdiciadas por culpa del miedo.

En "Chicago", Jackson despotrica contra una prostituta que intenta seducirlo a pesar de que está casado y tiene hijos. "Slave to the Rhythm", una toma descartada de Dangerous, cuenta en detalle un matrimonio conflictivo, y la música electrónica que surge de la impresionante y audaz "Do You Know Where Your Children Are" es la crónica del destino fatal de una preadolescente que se escapa de su padrastro abusivo.

A pesar de tratar un tema tan oscuro, es un placer escucharla en la voz de Jackson. Las predadoras sexuales femeninas y el abuso de niños eran temas frecuentes en la obra de Jackson.

También lo era su sentido del martirio. En "Xscape", utiliza una variedad de jadeos y cloqueos percusivos para describir cómo las cámaras de televisión (e, inevitablemente, las mujeres codiciosas) fueron una constante en su vida. En el segundo estribillo, hay una improvisación escalofriante que podría pasar desapercibida: "Me estoy muriendo".

Rob Tannenbaum