El evento propuesto por Francisco tendrá lugar en las próximas semanas; pensado como una jornada de oración, podría relanzar el diálogo.
Mientras las palabras, los gestos y las iniciativas del papa Francisco en Tierra Santa hacen mirar este viaje como una gira de carácter histórico, hierven los preparativos tanto en el Vaticano como en Israel y en los territorios palestinos para lo que será un evento sin precedente: el encuentro de oración por la paz en el que participarán junto con el Sumo Pontífice, en la Santa Sede, el presidente israelí, Shimon Peres, y el titular de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas.
En un momento en el cual las negociaciones para la resolución del conflicto en Medio Oriente están estancadas , el papa Francisco, con un arrebato de verdadera "inspiración", pudo concretar la idea de traer a los dos jefes de Estado a rezar juntos por la paz, también con la presencia de un rabino y un religioso musulmán, explicó el propio Pontífice en el vuelo de regreso al Vaticano desde Tel Aviv.
Subrayar los significados de la iniciativa para lo que será el relanzamiento de las negociaciones de paz, a partir de la convergencia de las tres religiones, la cristiana, la judía y la musulmana, es una tarea más que ambiciosa.
Y hay gran expectativa para un acontecimiento que, sólo desde el punto de vista "visual", no podrá carecer de resonancia planetaria, marcando también un éxito diplomático resonante para el Papa y el Vaticano.
Si bien todavía no hay una fecha precisa para el histórico encuentro, los tiempos están muy cerca, desde el momento en que el mandato presidencial de Peres concluye en julio próximo.
"No tengo una fecha para ese encuentro", dijo ayer el vocero del Vaticano, padre Federico Lombardi. "Los tres tienen una agenda completa y el encuentro se debe organizar en poco tiempo", agregó Lombardi.
"La fecha oficial todavía no fue acordada entre las tres partes; está toda la disposición de ambos presidentes, que participarán con gusto, pero aún no hay fecha", explicó.
Para la organización práctica del evento, incluido lo que respecta a la participación de un rabino y de un representante islámico, el Papa hizo el encargo al custodio franciscano de Tierra Santa, el padre Pierbattista Pizzaballa.
En el vuelo desde Tel Aviv, el papa Francisco habló anteayer del significado de su iniciativa:
"Será una reunión de oración; no será para hacer una mediación o buscar soluciones, no. Nos reuniremos a rezar, solamente. Y luego, cada uno vuelve a casa. Pero yo creo que la oración es importante y rezar juntos sin discusiones de otro tipo, ayuda".
Consultado sobre cómo resolverá la "cuestión de Jerusalén" para obtener una paz estable y duradera, el Papa respondió que será la "ciudad de la paz" de las tres religiones.
"Las medidas concretas para la paz -añadió el Papa- deben surgir de la negociación. Se debe negociar. Yo estaré de acuerdo en que esta parte provenga de la negociación: será la capital de un Estado, del otro. Pero éstas son hipótesis. Yo no digo que deba ser de una manera concreta, no: son hipótesis que deben negociar ellos. De verdad, yo no me siento competente para decir que se haga esto o aquello, porque sería una locura por mi parte. Pero creo que se debe ir al encuentro con honestidad, hermandad y confianza mutua en el camino de la negociación. Y allí se negocia todo, el territorio, también las relaciones, etc."
"Se precisa coraje para hacer esto -continuó el Papa- y yo le rezo tanto al Señor para que estos dos líderes, estos dos gobiernos tengan el coraje de avanzar. Éste es el único camino para la paz. Sólo digo lo que la Iglesia debe decir y ha dicho siempre: que Jerusalén sea vista como la capital de las tres religiones, como referencia, como una ciudad de paz; me venía también la palabra sagrada, pero no es adecuada."
Hablando luego de sus gestos en Tierra Santa ("los más auténticos son aquellos que no se piensan, los que vienen"), el Papa explicó que "la invitación a los dos presidentes a rezar estaba pensada un poco hacerlo allá, pero había tantos problemas logísticos, tantos, porque ellos también deben tener en cuenta el lugar donde se hará, y no es fácil".
"Por eso, se pensaba en una reunión, pero finalmente surgió esta invitación, que espero venga bien", concluyó.