Como consecuencia de la inflación y el impuesto a las ganancias, este segmento de asalariados destina hoy al consumo el 102% de su sueldo; en 2006 utilizaba el 84%
A Javier Tabakman, director de Capital Humano de Mercer, no le tiembla la voz para hablar de recesión en su pronóstico para 2014. El 22° Foro de Recursos Humanos de la consultora, llamado "Actualización sobre el mercado salarial en el nuevo contexto económico", no dio buenas noticias para el corto plazo. "Parte del ajuste de las empresas lo van a terminar pagando, en esta oportunidad, los empleados", dice.
Según la encuesta hecha con la base de datos de Mercer, en la que participan 393 empresas, los salarios del personal fuera de convenio crecieron un 27,1% en 2013. "Desde 2010, los jerarquizados aumentaron en línea con la inflación. El problema viene de 2006/ 2007, cuando empezó el solapamiento y los operarios comenzaron a ganar más que los supervisores", continúa.
Desde 2001, la diferencia en el incremento salarial entre jefes y supervisados marca un 34% en favor de los últimos. Una persona con representación gremial que en 2001 ganaba $ 100 hoy percibe $ 1045, mientras que una persona fuera de convenio que ganaba $ 100 en 2001 hoy gana $ 871. "El salario del personal dentro de convenio subió por el ascensor, y el de los fuera de convenio, por la escalera", ejemplifica.
El mismo incremento de 2013 está proyectado para 2014, con la diferencia de que la inflación será bastante mayor. "Según fuentes privadas, la inflación acumulada en marzo está en alrededor de 12 por ciento -dice Tabakman- y la expectativa de inflación para este año es de 34 por ciento. El gobierno está intentando enfriar la economía, pero con un primer trimestre de 12 por ciento es muy difícil que baje de 34 por ciento anual." Otra es la historia de quienes están en convenio, que hoy parten de una base mínima de 30% para negociar salarios.
La mala noticia en común para todos los asalariados es que desde 2011 perdieron entre un 16% (en caso de los directores) y un 21% (jefes, analistas) de su salario en dólares al tipo de cambio no oficial. Pero no queda ahí. "Hoy todo lo que se gana se consume, incluso un poco más", dice Tabakman. Da como ejemplo el salario de un gerente, que en 2006 consumía el 84% de su sueldo y ahorraba el 16% del neto, mientras que hoy se gasta sus ahorros consumiendo un 102% de su sueldo. Complica el panorama la falta de actualización de las tablas de Ganancias, de quienes sólo están exentos quienes ganan hasta 15.000 pesos brutos.
Daniel Nadbory, director de Mercer, esbozó el enorme cambio de contexto que viven las empresas en este momento. "En 2013 creíamos que íbamos a tener un 2014 muy similar... y empezó el verano... que siempre trae sorpresas. Nos encontramos con un sinceramiento de la inflación, una devaluación y el aumento del costo del dinero. La expectativa general sobre la Argentina es cauta, aunque hay una perspectiva un poco más positiva para más adelante."
Coincide Pablo Maison, director de Recursos Humanos de Unilever: "Hay precios congelados, caída del volumen de la producción, la Argentina es menos rentable y hay un deterioro del humor social. Pero si la situación se estabiliza en materia de inflación y reglas de juego, habrá oportunidad para hacer negocios".
Según el Indec, el PBI durante este año va a crecer un 6,2%, mientras que estimaciones privadas ubican ese porcentaje en menos de 1%. "Que el PBI decrezca en términos económicos se llama recesión. Estamos en un entorno de alta inflación y decrecimiento de la economía", dice Tabakman.
Por otro lado, como para corroborar ese mito de que los argentinos somos los mejores, pero también los peores, el costo laboral de los operarios es el más caro de toda la región, mientras que el costo laboral de los jefes es el más bajo comparado con los otros países de América latina sin contar México.
Mientras que el salario mínimo vital y móvil es el más alto de la región en dólares al tipo de cambio oficial (US$ 460), la pirámide salarial sigue achatándose. En la Argentina, un CEO gana 46 veces más que quien percibe el salario mínimo. En México, esa diferencia trepa a 156 y en Brasil es de 108. No es extraño entonces que los líderes busquen otros horizontes y que haya empleados que se niegan a ser jefes.
LAS EMPRESAS ANALIZAN LA POLÍTICA DE BONOS
El pago de un bono por desempeño representa una parte muy importante del salario total de CEO, gerentes, directores y personal jerarquizado en general.
Según datos de febrero recabados por Mercer, casi la mitad de las empresas (52%) pagó o pagará en target, es decir, de acuerdo con el objetivo fijado para el año 2013. Sólo el 19% lo hizo por encima del objetivo. El 23 por ciento de las empresas va por debajo del target y el 6% directamente no paga los bonos.
En septiembre de 2013 la encuesta realizada por la consultora dio como resultado que el 38% de las empresas pagó por encima del target por los resultados de 2012; el 23% lo hizo dentro del objetivo, mientras que el 39% fue por debajo. Ninguna dejó de ofrecer el bono.
En 2012, el 51% de las empresas pagaron los bonos a sus empleados por encima del objetivo, el 23% fue con lo proyectado y el 26%, por debajo del objetivo.
Este año, se dio, aunque poco, el fenómeno más temido entonces por los jerarquizados: que las empresas directamente no logren llegar a pagar el bono por desempeño.
Según Valeria Bohórquez, consultora senior de Mercer, "el pago de bonos en 2013 fue menor que en 2012, ya que el crecimiento económico en general se redujo en gran proporción entre 2011 y 2012, y en consecuencia los resultados obtenidos en promedio por las compañías fueron menores".
Este año se comienzan a vislumbrar resultados menores y la gran incógnita será cómo llegar a los objetivos 2014, con una perspectiva compleja para el país que todavía está lejos de definirse.
Sin embargo, los especialistas remarcan que la falta de talento calificado sigue siendo uno de los problemas actuales de las compañías y que encontrar a la persona indicada para el puesto requerido, y saber retenerla, es una de las claves para aumentar la competitividad.
De esta manera, las empresas invierten en quienes consideran personal clave y verán cómo capean el temporal hasta que aclare el panorama económico.