Los hermanos Giménez recibieron dos años y medio y tres años de prisión, respectivamente. Hurtaron mercadería de un supermercado en San Vicente. Los había denunciado su hermana.
La acusación: aprovechar la conmoción pública, el estado de indefensión de los bienes y la ausencia de las fuerzas policiales, la noche del 3 de diciembre pasado, para robar cuatro latas de tomates, 13 botellas de aceite, seis latas de arvejas, 11 latas de palmitos, seis latas de durazno, dos packs y nueve paquetes de yerba, nueve latas de frutilla y 13 latas de atún del supermercado Cordiez de barrio San Vicente, de la Capital.
Tras guardar el botín en su casa, le gritaron amenazas a su hermana para que no los denunciara.
La condena: Lucas Giménez (25) recibió tres años de prisión efectiva; su hermano, Ciro (31), dos años y medio. Ambos deben cumplir al menos ocho meses de la pena.
Después, podrán solicitar libertad condicional por buena conducta. Ninguno tenía antecedentes penales.
Casi a la misma hora que se dictaban estas dos condenas, como otro coletazo de los saqueos, 16 policías fueron liberados, aunque siguen procesados por el acuartelamiento de los efectivos que generó falta de móviles en las calles y el caos de saqueos en la ciudad de Córdoba (ver parte).
El juicio abreviado a los hermanos Giménez se llevó a cabo ayer en la Cámara 11 del Crimen, en los Tribunales II, y estuvo presidido por la jueza Graciela Godoy. La fiscal que instruyó el caso, Adriana Abad, pidió que se los juzgue por robo calificado.
Pero el fiscal de Cámara, Diego Albornoz, entendió que era hurto calificado porque ninguno de los dos violentó la seguridad del supermercado.
Albornoz y la abogada de los Giménez, Vilma Cech, acordaron un juicio abreviado en el que los acusados se declararon culpables de hurto para lograr la menor pena posible. La audiencia empezó a las 11 y duró 30 minutos. Al final, los hermanos expresaron a la jueza estar arrepentidos.
Ambos viven con su madre en Centroamérica al 1300, en barrio San Vicente. Ciro es soldador y trabajaba en una autopartista; declaró que cobraba 4.500 pesos por mes. Lucas trabajaba en una carpintería y cobraba unos 3.200 pesos.
La noche del 3 de diciembre, cerca de las 21.30, aprovecharon el caos y se llevaron mercadería del supermercado. Ellos dicen que sólo recogieron de la calle lo que se les había caído a otros saqueadores.
Los denunció su hermana, con quien los condenados tiene una mala relación, según explicó Albornoz. Esa noche, la mujer fue al lugar y ambos la insultaron y la amenazaron. Lucas le dijo: “Más te vale que no llames a la Policía”. Es por eso que Ciro fue condenado por amenaza en concurso real con hurto calificado y Lucas, por coacción en concurso real con hurto calificado.
“Ustedes han colaborado para que Córdoba sea un antes y un después del 3 y 4 de diciembre”, les dijo el fiscal Albornoz durante el juicio.
“Los miro sentados ahí, no tienen antecedentes penales. Son trabajadores, tienen trabajo fijo. ¿Qué les pasó? Muchachos. No tienen pinta de delincuentes ustedes ¿Qué les pasó a los cordobeses? ¿Por qué?”, se preguntó el fiscal Albornoz, quien continuó: “Tenemos que dar una explicación. Gracias a Dios, entre el trabajo de la doctora (Abad), la Cámara y mi trabajo, en dos meses hábiles hemos sacado el primer juicio. Es importante para darle una respuesta a todo el pueblo de Córdoba, que la está esperando”, concluyó.
El súper cerró
El fiscal Diego Albornoz señaló que el supermercado saqueado en barrio San Vicente no pudo volver a abrir y que 36 personas perdieron su empleo. “Parte de la responsabilidad de eso es de ustedes (los Giménez) ¿Qué pensarán los vecinos de ustedes? Haber optado por un juicio abreviado es el principio de rehabilitación social”, finalizó el fiscal de Cámara.