Su secretario personal será el número dos del superministerio de Economía; un español era el candidato
En una movida que sorprendió ayer a todo el Vaticano , Francisco decidió designar a su fiel secretario personal, monseñor Alfred Xuereb, como el número dos del nuevo superministerio de economía que manejará el cardenal australiano George Pell.
El nombramiento de Xuereb, gentil monseñor maltés que Jorge Bergoglio heredó de Benedicto XVI, llamó la atención porque el lunes pasado el monseñor español Lucio Ángel Vallejo Balda, del Opus Dei, había anunciado, a través de Europa Press, que él sería el segundo de la nueva Secretaría de Economía. Algo que había sido considerado por expertos bastante lógico, porque Vallejo Balda, que tiene 52 años y es conocido por ser un sacerdote muy ejecutivo y expeditivo, es secretario general de la comisión creada en julio por Francisco para investigar las finanzas del Vaticano.
Pero algo pasó. Probablemente cayó mal, porque fue considerada una "falta de prudencia" que el prelado español anunciara antes de tiempo un nombramiento papal. Y, evidentemente, el Papa quiso poner, al menos por el momento, a una persona de extrema confianza, como su secretario personal, como número dos de la flamante secretaría.
Xuereb ya había sido nombrado a fines de noviembre pasado como "delegado" de la comisión ya mencionada y de otra creada para investigar el Instituto para las Obras de Religión (IOR), también llamado el "banco del Papa".
Entonces se había explicado que su misión sería la de "vigilar a las comisiones y mantener informado" al Papa, "en colaboración con la Secretaría de Estado".
Al publicar el lunes pasado el "motu proprio" que creó el nuevo "superministerio", el Papa hizo saber que su titular será el cardenal Pell, también miembro del consejo de ocho cardenales -el G8- que lo asesora para la reforma de la curia y para el gobierno de la Iglesia Universal. La nueva Secretaría de Economía controlará y centralizará todo el manejo de dinero de los diversos dicasterios y congregaciones del Vaticano, su personal, hará presupuestos y planificará sus gastos, algo que implicará un terremoto en su interior y drásticos recortes.
Tan enorme será la mole de trabajo de Pell, de 73 años y que responderá directamente al Papa, que el cardenal anunció que renunciará a la arquidiócesis de Sydney y a fines de marzo comenzará a vivir en el Vaticano. En este sentido, se cree que el nuevo encargo de Xuereb como su número dos significará en breve su salida de la secretaría personal de Francisco, donde actualmente también trabaja un argentino, monseñor Fabián Pedacchio Leániz.
Pell detalló que el nuevo "superministerio" tendrá competencia sobre los flujos financieros de cada dicasterio, a partir de una revisión de sus gastos. "Cada tres meses habrá un control de las entradas y salidas", advirtió el cardenal, y adelantó que esperaba poder tener en septiembre u octubre un presupuesto con las cifras que necesita cada departamento.
"El criterio de balance cambiará. Hoy es demasiado dispersivo, de vez en cuando peca de transparencia. La idea es insertar un sistema de « checks and balances », volviéndole a dar unidad al balance, pero al mismo tiempo previendo mayor autonomía de gasto a cada dicasterio, donde hoy, incluso para comprar un cuaderno, debe llenar diversos formularios. Hace falta desburocratizar", señaló.
En otro orden, y en otra clara señal de ruptura con el pasado, Francisco decidió abrir al público los magníficos jardines de la residencia pontificia de Castel Gandolfo, según adelantó Radio Vaticano. Desde 1° de marzo, en visitas guiadas los turistas podrán acceder a este lugar (pagando un ticket de 26 euros), a unos 20 kilómetros de Roma. Allí, los papas solían pasar el verano, hasta que el ex arzobispo de Buenos Aires, que nunca en su vida se tomó vacaciones, rompió la tradición.