Pero el cereal estadounidense no saldrá de escena, incluso con el agregado de 10% del Arancel Externo Común (AEC) que se cobra por la importación desde fuera del Mercosur. Debido a otro año de cosecha flaca en Argentina, la tendencia es que el trigo de Estados Unidos mantenga una fuerte presencia en el mercado brasileño.

Según datos de la agencia marítima Williams, del total de 367.000 toneladas de trigo programadas para ingresar en el país entre el 1 y el 28 de febrero, al menos 235.000 toneladas, o 64%, vendrían de Argentina. Otras 108.600 toneladas serán del cereal americano -contratado antes de que Argentina anunciara la autorización para embarques, a mediados de enero-y 64.000 toneladas de trigo de Uruguay.

En el mes de enero, 55% del trigo importado por Brasil provino de Estados Unidos - o 316.500 toneladas de un volumen total de 576.000 toneladas, según datos de la Secretaría de Comercio Exterior (Secex). De Argentina, entraron solo 26.200 toneladas en el primer mes de 2014.

El vecino país, tradicional proveedor de trigo a Brasil, autorizó el embarque de su nueva cosecha a mediados de enero pasado, con casi un mes de atraso en relación a la expectativa inicial del mercado. Frente a la inseguridad que generó ese atraso, los molinos de Brasil seguirán cerrando contratos de compra de trigo americano, a pesar de que se vuelva a cobrar la AEC, explicó Lawrence Pih, presidente del Molino Pacífico, uno de los más grandes de América latina.

Sin embargo, el volumen liberado para la exportación de parte de Argentina este año fue, hasta ahora, de 1,5 millones de toneladas, de los cuales un millón para embarque inmediato -500.000 toneladas se liberaron a mediados del mes pasado, y ayer el país autorizó el embarque de otras 500.000 toneladas. En el ciclo pasado, Argentina liberó exportaciones por 5 millones de toneladas de cereal -un volumen considerado excesivo por el gobierno, porque meses después faltó trigo en el país.

El sector molinero en Brasil considera que Argentina autorizará a lo largo de 2014 otro millón de toneladas para exportación. Aunque suceda, es evidente que la oferta en el país vecino no será suficiente para atender la demanda de Brasil, lo que abrirá un gran espacio al trigo estadounidense.