En la reunión, sobraron los gestos de apoyo del gobierno argentino a Venezuela, no hubo críticas a la represión en las calles de Caracas y otras ciudades ni a la persecución de opositores y se preparó el escenario para realizar, en lo inmediato, un fuerte respaldo regional al presidente Nicolás Maduro.
En la reunión, sobraron los gestos de apoyo del gobierno argentino a Venezuela, no hubo críticas a la represión en las calles de Caracas y otras ciudades ni a la persecución de opositores y se preparó el escenario para realizar, en lo inmediato, un fuerte respaldo regional al presidente Nicolás Maduro.
Con este clima de "cálida acogida", como la graficaron varios de los presentes, Cristina Kirchner recibió ayer, en la residencia de Olivos, al canciller venezolano, Elías Jaua.
Allí, el enviado de Maduro se llevó un amplio respaldo de la Argentina para todas las acciones que el presidente venezolano puso en marcha ante la crisis y las protestas. También logró la promesa de la Presidenta de organizar una reunión de presidentes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para respaldar y fortalecer a Maduro.
"Agradezco sustantivamente el apoyo firme, decidido y sin ambigüedades de la Presidenta, su gobierno y la mayoría del pueblo argentino", dijo Jaua, al término de la reunión con Cristina Kirchner.
Eso ocurrió tras la reunión en Olivos, durante una improvisada conferencia de prensa que organizó el canciller Héctor Timerman en la Casa Rosada. Allí, ambos ministros ratificaron que Caracas convocará en lo inmediato a la Unasur para discutir "la amenaza latente a la democracia venezolana".
La estrategia del gobierno de Maduro de sumar a todos los presidentes de la Unasur y no de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) es entendible: Venezuela cuenta en la Unasur con un seguro apoyo y mayoría para imponer su postura. No ocurre lo mismo en la Celac, donde países como Colombia, Perú, Costa Rica, Chile y Panamá, entre otros, son críticos del accionar de Maduro. Sus cuestionamientos podrían poner en apuros al gobierno venezolano en ese foro.
De hecho, en el último comunicado que emitió la Celac se instó al gobierno de Maduro a alentar el diálogo entre las fuerzas políticas y hubo una manifiesta preocupación por los niveles de violencia y de represión que se vieron en las calles de Caracas. Este mensaje veladamente crítico contrastó con el incondicional apoyo que cosechó Maduro en el Mercosur y la Unasur. Ayer, Jaua y Timerman obviaron hablar de las advertencias de la Celac.
Gira regional
El canciller venezolano arribó a Buenos Aires por pocas horas y como parte de una gira relámpago por la región. Venía de Paraguay y Bolivia y, ayer por la tarde, partió a Uruguay en busca de más apoyo.
Al referirse a la situación en Venezuela, el canciller Jaua destacó que hasta ahora hay 14 muertos por las protestas contra el gobierno de Maduro y explicó los motivos por los que a su entender se agravó la crisis.
"Hubo una campaña internacional, que a través de la descontextualización de imágenes promovió la intervención política y la opinión directa de diferentes gobiernos para equiparar a un gobierno democrático y legítimo con grupos que buscan derrocar al gobierno", dijo.
A su vez, el enviado de Maduro denunció que los grupos violentos "tienen una estructura militar" y subrayó que el 98% de los municipios ya está en paz, y actualmente quedan cinco de 335 jurisdicciones que "aún trancan algunas vías".
En una suerte de discurso de justificación de la detención del dirigente opositor Leopoldo López, el canciller venezolano dijo que el líder de Voluntad Popular hizo un llamado para salir a las calles y "se ha preparado para el ejercicio de la violencia" para llegar al "derrocamiento" de Maduro.
También mencionó que López intentó agredir a jugadores de béisbol cubanos y atacó la sede de la Fiscalía en Caracas con más de 300 estudiantes "previamente preparados para el ejercicio de la violencia".
Cada palabra de Jaua fue asentida por Timerman. "Problemas en Venezuela los hay. Pero estos hechos no son producto del descontento social, son de naturaleza política, de una corriente que se niega aceptar la voluntad de 18 elecciones de un pueblo que ha elegido un camino democrático", enfatizó el canciller Jaua.
A su turno, Timerman destacó que la "Argentina no apoyará un golpe de Estado en Venezuela" y, en tono casi íntimo, miró a su par venezolano: "Elías, cuentas con el apoyo del gobierno y del pueblo argentino", dijo.
Claro que el canciller no aclaró en este sentido que todas las fuerzas de la oposición en la Argentina, desde la izquierda extrema hasta la derecha, criticaron duramente al gobierno de Maduro por la represión en Venezuela.
Por otra parte, fuentes diplomáticas confiaron a LA NACION que por el momento no está prevista una visita de Maduro a la Argentina. "En medio de esta crisis, el presidente de Venezuela no ha diagramado una salida del país más que para reunirse con sus pares de la Unasur", se aclaró.
A la vez, el canciller Jaua transmitió a Cristina Kirchner la invitación para el 5 de marzo próximo a una delegación argentina para participar de los actos de conmemoración del aniversario de la muerte del ex presidente Hugo Chávez. Según se pudo saber, en esa comitiva no estarán referentes de la oposición argentina.
Uruguay y la unión europea llaman al diálogo
La Comisión Europea pidió ayer el "fin inmediato" de la violencia en Venezuela y se declaró "alarmada" por la detención de estudiantes y de políticos opositores al presidente venezolano, Nicolás Maduro, en las protestas de las últimas semanas.
"Rechazamos todas las acciones violentas y la intolerancia, vengan de donde vengan (...). Esta violencia debe parar inmediatamente", dijo ante el Parlamento Europeo el representante de la Comisión, Algirdas Semeta. "Nadie debe ser encarcelado por haber ejercido su libertad de expresión y de reunión", añadió.
Por su parte, el presidente uruguayo, José Mujica, se mostró dispuesto a ofrecer su ayuda para disminuir la tensión en ese país, pero sólo si se lo piden las dos partes en disputa.
"Tengo que hacer mi parte. La voy a hacer oportunamente hablando con los venezolanos", señaló al semanario Búsqueda el presidente uruguayo.
En tanto, los predecesores de Mujica -Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle y Jorge Batlle- llamaron a los países latinoamericanos a ayudar al retorno de la paz en Venezuela, donde los últimos hechos de violencia "hieren la conciencia democrática" de América latina.