La cuenca es más pequeña que la de otros embalses, pero también está degradada por varias causas. Y la población aumentó exponencialmente.
Río Ceballos. Todos los diques de Córdoba crecieron, pero las Sierras Chicas deben seguir penando: La Quebrada no se mueve demasiado, a pesar de las copiosas lluvias de febrero. Desde que este mes comenzó un período de intensas precipitaciones, los vecinos de Río Ceballos alentaban la posibilidad de que el dique La Quebrada recuperara su nivel. Pero a pesar de que ya cayeron 264 milímetros –marca que no se repetía desde 1960– el embalse apenas recuperó 1,63 metro.
Los primeros días de este mes el nivel del lago era de -14,70 metros, y hoy es de -13, 17 metros.
Autoridades de la cooperativa de agua local emitieron un informe que intenta explicar la situación. Entre otras causas, mencionan las condiciones ambientales, la historia del desarrollo urbanístico y planificación de obras, la falta de políticas de conservación y el escaso tamaño de la cuenca que alimenta al embalse.
El informe detalla, por ejemplo, que las precipitaciones que se producen en la cuenca alta de La Quebrada terminan infiltrándose antes de llegar al embalse, penetran en el suelo, y en algunos lugares forman verdaderos ríos subterráneos, o pasan entre medio de rocas fragmentadas.
Desde 2007 la válvula que opera las compuertas no ha sido abierta.