El Cristo Redentor, monumento ícono de Río de Janeiro, podría adquirir un tono más oscuro por la escasez de piedras de recambio para renovar la estatua, alcanzada por un rayo en enero, informaron este domingo medios locales citando a funcionarios de patrimonio.
La estatua, de 38 metros de altura, designada en 2007 como una de las siete nueve maravillas del mundo, perdió un dedo al ser alcanzada por un rayo durante una tormenta el 22 de enero pasado.

En la perspectiva del 85 aniversario del monumento, que coincide con los Juegos Olímpicos de Rio 2016, la Arquidiócesis de Río de Janeiro pretende renovar su cubierta de mosaico de piedra natural.

Para ello se deben hallar 6 millones de piezas de 3 x 3 x 4 centímetros de la misma clase de piedra que dio forma al Cristo Redentor.

Allí radica el problema, en función de que la piedra de la cantera original utilizada en su construcción en 1931 escasea en el sureño estado de Minas Gerais, en parte debido a su exportación hacia climas más fríos para ser utilizada en chimeneas.

"Estas piedras son extremadamente raras. Tienen una tonalidad verde agua que hoy en día es difícil de encontrar", dijo un vocero del Instituto de Patrimonio Nacional de Brasil, Iphan.

"Quedan depósitos de piedras más oscura con un grado superior de talco, distinto de los utilizados para el Cristo y que incluyen otros tipos de minerales y excepcionales propiedades resistentes a la intemperie", señaló el Iphan en un comunicado publicado por el diario de Rio O Dia.

El ingeniero diseñador Heitor da Silva Costa seleccionó la piedra original antes de la construcción, que comenzó en 1926 y tomó cinco años, en razón de su gran resistencia a temperaturas extremas.

"Tenemos suficiente disponibilidad de piedras para las restauraciones actuales. La preocupación es con referencia a las grandes obras posteriores, como la de 2016", dijo a la publicación el ingeniero Clezio Dutra, que está trabajando en las reparaciones de los daños causados por el rayo.

La estatua, creada por el francés Paul Landowski y que experimentó cuatro años atrás una restauración de un valor de US$ 4 millones para reparar grietas y filtraciones, atrae a unos 12.000 turistas al día o 2 millones al año.