Globovisión fue comprado por un empresario cercano al gobierno, que quiere que deje de ser "un canal político"; ya no emitirán algunos programas; el nuevo director es hermano del ministro de Comunicación
"Lo confirmo. Acepté la dirección general de Globovisión por la paz y la inclusión de todos. Por Venezuela y por el buen periodismo." Vladimir Villegas, ex presidente de la emisora pública Venezolana de Televisión (VTV) y hermano del criticado ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, se convirtió en el nuevo hombre fuerte del hasta ahora único canal crítico.
La venta, concretada ayer, se había convertido en "asunto de Estado" para la Venezuela que apoya a Henrique Capriles. Tanto es así que Nicolás Maduro se adelantó anteanoche: "Ellos [los dueños anteriores] sabían que iban a perder las elecciones y empezaron a vender. Tenemos que tener un tipo de televisión que diga la verdad". Una lucha por la verdad olvidada desde hace años en los cinco canales públicos.
Antes, durante y después de las elecciones, Globovisión fue el único canal que emitió información constante sobre las actividades de Capriles. Sin la famosa "Globoterror", como se la denomina desde el oficialismo, la remontada del opositor hubiera resultado imposible.
Desde hoy en adelante será una terna la que maneje informativamente al canal, con Villegas en el medio. Columnista de El Nacional, militó en el chavismo hasta 2007. Primero en VTV, luego como embajador, incluso como viceministro. Al igual que otros reconocidos ex chavistas, comenzó a separarse del proceso cuando Chávez quiso perpetuarse con el referéndum constitucional.
En las presidenciales del año pasado apoyó a Capriles. En las de abril se mostró más equidistante, tal vez sabedor de que la nueva Globovisión llamaba a su puerta. Vladimir fue amigo de juventud de Maduro. Ernesto, su hermano pequeño, ejerce como ministro de Comunicación, uno de los más polémicos por sus operaciones propagandísticas.
A la derecha de Villegas estará Leopoldo Castillo, el alma de Aló, Ciudadano , uno de los programas de Globovisión más críticos con el chavismo. "Hemos venido de la resistencia a la transición, luego venimos al ritmo del país. Venezuela quiere un diálogo, quiere resolver los problemas unidos. Hay que buscar entendimiento", anunció Castillo. Falta conocer la identidad de la tercera persona que formará la terna periodística.
La noticia fue recibida en el interior del canal con división de opiniones. Una parte ensalzó la calidad profesional de Villegas. Pero otros no lo ven tan claro. Como Lichi Ramos Sol, jefa de opinión e investigación, que tras varias horas de reunión con los nuevos dueños declaró: "Es tiempo de irme. [...] Es una decisión personal valorada a la luz de principios y valores determinantes para mí".
Todas las miradas críticas, muchas llenas de sospecha, se dirigen hacia el nuevo presidente de la televisión, Juan Domingo Cordero. También para Raúl Guerría, su número dos, y Gustavo Perdomo, la plana mayor de Seguros La Vitalicia. Los tres están sospechados de ser testaferros del todopoderoso chavismo. No obstante, insisten en que no hay cambios de programación. "Sólo quitaremos la imagen de un canal político", dicen.
En principio sólo desaparecerán las famosas píldoras televisivas Usted lo vio y Aunque usted no lo crea , que durante años desnudaron las mentiras del chavismo. Una de las últimas fueron las palabras de Maduro en la noche electoral, cuando prometió que el 100% de los votos serían recontados.
La venta de Globovisión coincide con una nueva arremetida del oficialismo contra los medios independientes. Maduro, a través de sus declaraciones, y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, amenazaron a los dueños de Televen tras emitir la conferencia de prensa del 15 de abril de Capriles.
El chavismo ha convertido los canales públicos VTV, Vive TV, Televisora Venezolana Social (TVES, que se apoderó de la señal de RCTV cuando ésta fue cerrada por el gobierno en 2007), TeleSur y ANTV, más la local Ávila TV, en un poderoso aparato propagandístico al servicio del gobierno y del PSUV. El último ejemplo se vivió el martes cuando ANTV (el canal de la Asamblea Nacional) dejó de emitir durante la emboscada violenta de diputados chavistas contra la bancada opositora.
Globovisión, en cambio, sólo emite en abierto en Caracas y en Valencia. Para el resto del país se ve a través de la televisión paga, un servicio al que está suscripto el 40% de los hogares venezolanos.
Las dos cadenas privadas, Venevisión y Televen, sobreviven desde 2003 bajo serias presiones del gobierno, rehuyendo la confrontación política. La recién inaugurada Televisión Digital Terrestre ha incluido a ambos canales, junto a los públicos, en sus transmisiones. No así Globovisión, excluida por ahora.
En su nueva ofensiva mediática, Maduro usa las cadenas obligatorias no sólo como otro vehículo para hacer propaganda. También para neutralizar las apariciones de Capriles. Anteayer volvió a interrumpir el discurso del opositor de una forma tan precipitada que entró en cadena despistado y acomodándose los anteojos.
Maduro apareció en una cadena tras otra, sin contar las constantes retransmisiones que de todos sus eventos hace VTV. Pero no es suficiente. También quiere la plena atención de los medios privados. Y si no la consigue, la exige: "Detrás de esta censura están los planes para intentar desestabilizar y derrocar el gobierno bolivariano, hay que derrotarlos con la verdad".