Más allá de la alegría en el plantel "culé" por el regreso a la titularidad del crack rosarino con dos goles, en la victoria sobre Getafe, la mala noticia fue la lesión del punta brasileño. Se lo vio con muletas y rengueando, a la espera de los estudios que constaten el grado de la lesión.
La lesión de Neymar fue el 'condimento' que opacó la victoria del Barcelona y la consiguiente clasificación a los Cuartos de Final de la Copa del Rey, luego del "show" de Lionel Messi con dos goles ante Getafe en el Coliseo Alfonso Pérez. Luego de intentar una jugada personal por el sector izquierdo del área rival, el delantero brasileño sufrió un torcedura de tobillo derecho y paralizó los corazones de unos cuantos.
Aunque Gerardo Martino y el resto del cuerpo médico "culé" se agarraron la cabeza con la poca fortuna del ex atacante del Santos, en Brasil entró en acción el pánico a pocos meses de la iniciación de la Copa del Mundo. El propio jugador, al sentir un dolor muy profundo, asustó a todos cuando le hizo gestos particulares a la "Pulga", dejando espacio para las dudas sobre su salud.
Después de la victoria, el plantel pasó la noche en la capital española y esta mañana abordó el avión que lo llevó de regreso hacia Cataluña. Por supuesto, Neymar acaparó todas las miradas con su andar rengo, con gestos de angustia y acompañado por las muletas en el trayecto recorrido. A su lado estuvo su padre, quien había acompañado a la delegación para este encuentro.
Una vez que abandonó el terreno de juego y durante su estadía en el hotel, el jugador fue observado desde cerca por los fisioterapeutas de la entidad "blaugrana", quienes de movida indicaron que deberá estar apartado de la actividad durante tres semanas. Igualmente, hoy se realizarán los estudios pertinentes para conocer con exactitud el alcance de la lesión y cuánto tiempo le demandará de recuperación.
Por esa razón, Luiz Felipe Scolari, el "Tata" y compañía prenden velas, anhelando que sea solamente un severo esguince.