El Abierto de Australia 2014 está atravesado por las altas temperaturas que afectan a Melbourne, la ciudad sede, las que desde el primer día de competencia superan los 40°C y que han provocado, en los primeros tres días, un récord de abandono y la reacción de los protagonistas del torneo solicitando que se tomen medidas para impedir daños mayores.
Son hasta el momento ocho los tenistas que abandonaron sus partidos antes del final (Bernard Tomic, Robin Haase, John Isner, Thomaz Bellucci, Radek Stepanek, Tommy Hass, Andrey Golubev, Alex Bogomolov Jr.) y de los 64 partidos de primera ronda sólo el 20% se estiraron hasta los cinco sets.
Los protagonistas alertaron sobre el peligro al que se exponen
El español Rafael Nadal cree que jugar en las condiciones de calor en que se disputa el Abierto de Australia es "peligroso para la salud".
El torneo vivió ayer un día extremo, con 42,2 grados como temperatura máxima de una jornada a la que seguirán otras tanto o más calurosas aún:"Debería haber médicos que lo analicen, no soy ningún experto pero hoy fui a entrenarme a las tres y media y hacía mucho calor", dijo el español.
"Jugando partido al mejor de cinco sets me parece un poco excesivo, peligroso para la salud", añadió.
El canadiense Franck Dancevic fue más allá. "Lo de hoy fue irresponsable y peligroso", criticó Dancevic, quien se desmayó brevemente durante su derrota de 7-6 (14-12), 6-3 y 6-4 ante el francés Benoit Paire. Consultado sobre el impacto de las altas temperaturas durante el juego, el jugador aseguró que llegó a desvariar durante el inicio del juego: "Vi a Snoopy. Comencé a alucinar un poco en el primer set. Pensé: 'Esto es raro'".
"No lo van a cambiar hasta que alguien muera", dramatizó el jugador, uno de los más afectados en un día infernal en Melbourne Park.
Juan Martín del Potro fue otro de los que se vio afectado por las extremas temperaturas: "Había que buscar la forma de sobrevivir", dijo el tandilense que sufrió claramente en el 6-7 (1-7), 6-3, 6-4 y 6-4 sobre el estadounidense Rhyne Williams.
El torneo tiene contemplado aplicar el reglamento de "calor extremo" si fuera necesario
Durante el partido de Del Potro la temperatura marcó el máximo del día, 42,2 grados a las 17:45.
Uno de los más afectados por el calor fue el estadounidense John Isner, décimo tercer favorito, que abandonó cuando perdía 6-2 y 7-6 (8-6).
La danesa Caroline Wozniacki, por su parte, contó que en su partido de primera ronda apoyó una botella de plástico y que la base se derritió un poco.
"Será uno de los inicios más calurosos en la historia del Abierto", destacó ya un meteorólogo el domingo en The Sydney Morning Herald, aunque Richard Carlyon, veterano meteorólogo australiano, aseguró que no se quebrará el récord de 1908, con cinco días consecutivos a más de 40 grados, ni tampoco se alcanzarán los 45,8 de 1939.
El torneo tiene contemplado aplicar el reglamento de "calor extremo" si fuera necesario. Está previsto que la ola de calor se extienda hasta el viernes. Según las reglas en vigencia en el Grand Slam australiano, el árbitro general del torneo puede decidir cuando lo considere necesario la puesta en marcha de la "política de calor extremo".
Esas reglas contemplan que, una vez en situación de "calor extremo", ningún partido se inicie en las canchas que no cuentan con techo corredizo, que sólo existe en las dos principales. Los partidos ya iniciados deberán completar el set que se esté disputando. Una vez llegados a ese punto, los partidos serán suspendidos.
En los dos estadios principales, si un partido comenzó a disputarse al aire libre, el choque continuará en esas condiciones hasta que finalice el set en disputa. Una vez finalizado ese set, el
árbitro decidirá si se cierra al techo.