El Dakar Argentina-Bolivia-Chile ingresará oficialmente en el desierto de Atacama, en una novena etapa que unirá Calama con Iquique, célebre por el tamaño y la inclinación de sus dunas que albergarán durante la noche a aquellos pilotos que no logren llegar a destino con la luz del día.
La etapa reunificará a las cuatro categorías, que ya no volverán a separarse hasta el fin del Dakar, por lo que motos y cuatris deberán lidiar con autos y camiones entre dunas y cortadas, cuidándose al extremo para evitar sorpresas en algún punto ciego.
La etapa tiene un total de 459 kilómetros, de los cuales 422 son cronometrados, durante los cuales los competidores tendrán su primer contacto con el desierto y con el Pacífico, en un bello paisaje que puede resultar muy engañoso si flaquea la navegación.
El premio final será la clásica y vertiginosa bajada de 3 kilómetros por la duna de Iquique, que desemboca directamente en el vivac montado en esa ciudad.
Aquellos que hayan sabido interpretar bien el road-boock y leer correctamente las señales del desierto, llegarán durante la tarde. Los que no, tendrán que bajar la duna, cuya desnivelación supera el 30 por ciento, sin luz y los menos afortunados pasarán la noche en la más absoluta soledad del desierto, a temperaturas bajo cero.
La primera moto largará la especial a las 7.45; el primer auto a las 10.28 y el primer camión a las 12.18.