La Licenciada Laura Pereyra reflexiona sobre este tiempo que convoca a balances y que necesita más paz para poder encontrar un equilibrio y ver todo lo alcanzado.
Un año más se disuelve con la sutileza del paso del tiempo, ya superamos la mitad de diciembre y de aquí en más todo es una escalada estrepitosa al brindis de navidad que se concatena con el fin de año y el respiro de que sobrevivimos y llegamos al 2025.
Corrimos, corremos y seguiremos haciéndolo y en este caos que se vuelve el fin de año y en el que tenemos la presión psicológica de que es tiempo de cerrar balances y levantar la copa y arañar buenos deseos y proyectos, una vez más lo urgente, gana a lo importante.
Lo digo y me lo digo, tras qué zanahoria, sueños u horizontes caminamos, o corremos, que sentimos este peso de cumplir con llegar, a dónde no sé, pero debemos hacer cierre, debemos sentir que conquistamos algo, quizás porque el o la que fuimos a fin del año pasado, que se prometió hacer tanto y quizás no llegó a alcanzar la mitad de todas sus metas, nos está mirando y no sé si nos cumplimos.
No sé si pudimos con todo, quizás en esa bendita lista mental o escrita que siempre hacemos tuvimos contratiempos, atajos, rupturas e hicimos lo que pudimos y como decía quizás no enfocamos sobre lo verdaderamente importante, pero fue la vida la que nos pasó por encima y nosotros, cada uno desde el lugar que pudimos tratamos de dar batallas, de amar, de sentirnos dignos, de abrazar alguna lucha, de rogar por la salud nuestra y la de los que nos rodean, de sentirnos vivos.
El 2024 se nos diluye, pero hay algo que tiene este tiempo, que nos interpela, nos sensibiliza, podemos o no abrazar la navidad, pero no podemos negar que hay algo en nuestro ser que se moviliza, que nos interpela con los afectos, y quizás habitamos una dimensión más profunda en la que revisamos lo caminado.
Hoy propongo, que sea lo que sea que hayas conseguido o no, de todo lo que te propusiste, seas considerado y amoroso con vos mismo, llegaste hasta acá, mirá a tu alrededor seguro hay afectos que te sostuvieron y a los que acompañaste, en las luchas encontraste pares y también habitaste la soledad y tu ser se hizo más fuerte cuando te creíste tan débil.
A todos les deseo sabiduría para transitar estos días y que en ese espíritu que sentimos que nos atraviesa pidamos lo que necesitamos y cocreemos con el universo para conseguirlo, pero si los vientos nos llevan a otros rumbos y los planes son aniquilados por la realidad, que siempre la sabiduría sea la brújula para entender que la vida puede sorprendernos con un beso en la boca inesperado…
FELIZ NAVIDAD Y QUE EL 2024 QUE FINALIZA DEJE EN CADA UNO ALGO BONITO PARA RECORDAR.