En un escenario económico aún marcado por la inestabilidad de los precios, Adrián Morales, vicepresidente de la Cámara de Almaceneros de Río Cuarto y vocal a nivel nacional, aseguró en Micrófono Abierto que los precios siguen aumentando, pero de manera menos agresiva que en el pasado reciente.

“El movimiento de precios sigue, pero a otro ritmo. Ya no tenemos la agresividad que vimos en 2023 y en la primera parte de 2024”, explicó Morales. Según el vicepresidente de la cámara, los índices de precios se han estabilizado, permitiendo a los comercios trabajar con mayor tranquilidad, aunque con la prudencia que requiere un contexto económico aún volátil.

El impacto de la inflación en los precios de los alimentos sigue siendo palpable, pero la situación ya no es tan extrema como hace unos meses. “Ahora los índices nos permiten demorarnos un poco en la actualización de precios sin que el quebranto sea tan grande, como ocurría el año pasado”, explicó. Sin embargo, señaló que los almacenes deben seguir adaptándose a los cambios. “No se trata solo de remarcar precios, sino de encontrar un equilibrio. Hay que ser competitivo, pero también mantener la calidad, especialmente en productos como los alimentos”, subrayó.

En cuanto a los productos más afectados, Morales señaló que algunos alimentos, como la harina y sus derivados, vieron una disminución en su precio, mientras que otros, como las conservas y las bebidas, mantienen precios más estables, a pesar de tener un largo tiempo de vencimiento. “En el caso de productos como la perfumería o limpieza, hay una baja en el consumo, y la gente ha optado por productos fraccionados, más accesibles pero de calidad inferior”, comentó Morales, quien aclara que el consumidor ha tomado la decisión de reducir el gasto en estos productos sin comprometer la calidad de los alimentos.

Sobre los cortes de carne, uno de los productos más emblemáticos, Morales explicó que, aunque el precio ha aumentado, también se ha estabilizado. “Las pulpas de carne de primer nivel, como el asado o el lomo, hoy rondan entre 11.000 y 12.000 pesos el kilo. Aunque ha subido, ahora se ajusta a la realidad del mercado”. Además, resaltó el cambio en los hábitos de consumo: “Cuando la carne vacuna sube, la gente se vuelca al pollo o al cerdo, pero a los pocos días, estos productos también suben de precio”. En este contexto, el consumidor se ha vuelto más cauteloso, buscando alternativas más accesibles.

Uno de los cambios más interesantes en los hábitos de consumo, según Morales, es el creciente interés por productos más económicos, como el pollo y el cerdo, que han reemplazado a la carne vacuna en las mesas de los hogares. “Antes no había pollerías, pero hoy en Río Cuarto hay negocios especializados en cerdo y pollo. Esto ha cambiado el panorama del consumo”, señaló.

De cara a las fiestas, el vicepresidente de la Cámara de Almaceneros también observa un cambio en las compras navideñas. “Hoy la gente se enfoca más en la mesa principal, como carnes o platos elaborados, y las confituras pasan a un segundo plano. Las bebidas post 12 de la noche también son fundamentales, pero los productos tradicionales de Navidad han perdido protagonismo”, explicó.

Por último, Morales reflexionó sobre la situación de los almacenes en Río Cuarto. Si bien algunos negocios han cerrado, especialmente debido a los altos costos de alquiler y energía, muchos almacenes se han reposicionado como una alternativa más accesible frente al supermercado. “El comercio cambió, y la gente prefiere un negocio con climatización y más cómodo. Hoy, los almacenes son una opción competitiva y cercana al consumidor”, concluyó Morales.

En resumen, a pesar de los desafíos económicos, los almaceneros de Río Cuarto continúan adaptándose a las nuevas realidades del mercado, con una mirada atenta a los cambios en los hábitos de consumo y un enfoque en ofrecer productos de calidad a precios accesibles para sus clientes.