La decisión de la asamblea interclaustros que se realizó el martes en la UNRC de no promover la toma del campus generó distintas perspectivas en ese sentido.

Por un lado, se entendió que es un gran retroceso en la intención de mostrar a todas luces el momento comprometedor de las universidades, tal cual como lo están haciendo en más de 40 facultades de todo el país.

Por otra parte,  consideraron que hay mejores opciones para protestar sin dejar de reconocer que la toma de la universidad también es respetable.

"Nosotros creemos que hay muchos ámbitos donde se pueden visibilizar plenamente la crisis a la que nos está llevando el gobierno y la no toma de la universidad no descarta otras formas", analizó la vicedecana de Humanas, Silvina Barroso.

Insistió con que un estado de incertidumbre se adueñó en general de la comunidad universitaria, en todos los ámbitos, ya sea en la docencia, no docencia, investigaciones y otras actividades.

Barroso estimó que hasta fin de año están relativamente previstas las actividades,  pero el gran signo de pregunta aparece al proyectar la acción educadora  para el 2025.