Carranza detalló la situación compleja que enfrenta la industria: “estamos pasando por un momento que para la industria es bastante complicado, tratamos mantener el nivel de faena y el nivel de actividad”.

Según Carranza, la faena se concentra actualmente en el consumo interno debido a que “no hemos empezado a exportar por las condiciones no se prestan en este momento”.

 El frigorífico realiza la faena de cerdos y vacunos, manteniendo un nivel estable en vacunos y un alto volumen de cerdos.
También, abordó la cuestión de los costos y la rentabilidad: “el servicio de faena hoy no tiene una incidencia fundamental en el costo de la carne. Los frigoríficos cobran con los subproductos, pero la rentabilidad es baja, porque el valor de los subproductos como el cuero, la menudencia y la grasa no es significativa”.

Este panorama, según Carranza, ha generado un escenario difícil: “los costos generales del frigorífico han subido fuertemente”.

Sobre el impacto en el empleo, Carranza subrayó la importancia de la mano de obra especializada en la industria: “nosotros estamos con 145 empleados en Moldes y 120 en Río Cuarto, con un número adicional de 60 a 70 personas trabajando indirectamente”. Las capacitaciones para el personal se centran en el desposte de carnes, con esfuerzos conjuntos con la municipalidad para mejorar la formación, explicó.

A pesar de los desafíos, Carranza se mostró optimista sobre el futuro: “Estamos esperando la exportación y estamos por abrir una boca de expendio en el frigorífico para incrementar los volúmenes”.

Sin embargo, advirtió que la ganadería está en una “etapa muy decadente” y que el sector enfrenta problemas a largo plazo debido a “políticas equivocadas que han generado una pérdida del estado ganadero muy importante”.

Finalmente, Carranza comentó sobre la percepción del precio de la carne en el mercado: “La carne está barata comparativamente con otras cosas. Si bien la plata no alcanza, el valor de la carne se mantiene bajo en comparación con otros bienes.”