Le ofrecieron a Diego Rodríguez blanquear hasta US$ 300 millones del empresario.
Diego Rodríguez, el hermano de la ministra de Seguridad, María Cecilia Rodríguez, aparece en una escucha telefónica ordenada por la Justicia, en la que le ofrecen entrar en un negocio para lavar hasta 300 millones de dólares de Austral Construcciones, de Lázaro Báez.
La charla se registró en una investigación, sin conexión aparente con el caso Báez, en la que el suspendido fiscal José María Campagnoli pidió la detención de Rodríguez, ex vocal de la comisión directiva de River Plate, del ex presidente del club Daniel Passarella, de otras autoridades de la entidad deportiva y de la cúpula de la barra brava local por un fraude con la venta de entradas. También reclamó allanar la Oficina de Observaciones Judiciales de la SIDE, ante la sospecha de que el organismo no informó de otras escuchas para no perjudicar a Báez ni a la ministra de Seguridad.
El juez de instrucción Fernando Caunedo, tras conocer esta información, los pedidos de detención y de allanamientos, le envió a su colega federal Sebastián Casanello copia de las escuchas telefónicas porque entendió que se relacionan con la causa por lavado de dinero que tramita en su juzgado, donde Báez está imputado, junto con Leonardo Fariña y Federico Elaskar.
Además, Caunedo, con severas críticas a la investigación de Campagnoli, rechazó los pedidos de detención y allanamientos, suspendió las escuchas porque dijo que ya no tenían sentido, pues el caso es público, y denunció la violación del secreto del sumario, que levantó.
Casanello y el fiscal Guillermo Marijuan analizarán los datos y decidirán si merecen atención, aunque la claridad en la descripción de la maniobra de lavado y el modo lineal en que está detallada levantaron sospechas entre los investigadores acerca de que la conversación pudo haber sido simulada o plantada adrede, dijo una fuente judicial.
La información sobre las escuchas surge de constancias judiciales a las que accedió LA NACION, donde está transcripta la conversación del hermano de la ministra con un tal Fabio Penna, alias "el Mudo", que le propone un negocio con Báez.
También se registraron dos comunicaciones más entre Diego Rodríguez y su hermana ministra. En una de ellas la mujer le pide una entrada para que su papá pueda ingresar a la cancha de River y en otra Rodríguez le dice, sugestivo: "Queremos empezar a vivir un poco mejor, nada más. No queremos hacernos ricos", aunque no precisa a qué se refiere.
La charla que motivó el envío de parte del caso a Casanello se registró el 15 de octubre, a las 11.15, entre Penna y Rodríguez. Allí Fabio dice: "Hay una empresa que necesita facturar y encima darte la factura blanca. Vos le tenés que hacer el cheque, ellos te dan la plata y por ahí te dan quince arriba. Ponele: te facturan dos palos y te dan tres gambas... no la escuchaste nunca ¿no?". Y continúa: "Es de Báez". Después agrega: "Necesitan lavar 300 palos verdes". Diego Rodríguez contesta con evasivas: "Mmmm" o "Mirá vos" hasta que se interesa y pregunta: "¿El cheque lo depositan?". Y pide que le consiga el nombre de la empresa y el CUIT. "Austral Construcciones", le contesta Fabio en la escucha realizada por la SIDE y acercada al expediente por el comisionado Carlos Garaventa, de la comisaría de la Policía Metropolitana de la comuna 12.
Campagnoli, en sus últimos escritos al juez Caunedo, le dijo que los acusados sabían que eran escuchados porque había una filtración de la SIDE y que el organismo omitió informar sobre otras 32 llamadas entre ambos celulares y otras 50 entre Penna y el teléfono de la fábrica de Rodríguez. "Vista la gravedad de las maniobras que fueran reveladas y las personas involucradas, parece evidente cuál es la explicación que se le puede dar al súbito e ilegal desvío de la información por parte de la Secretaría de Inteligencia: ocultar todo lo relativo a los detalles que debían ajustar Rodríguez y Penna para lavar la plata de los negociados de Lázaro Báez y su empresa Austral Construcciones", escribió.
Y agregó: "No obstante ello, en los últimos días se ha arrimado una noticia de público conocimiento, que podría ser otra causal de tan flagrante encubrimiento: la designación de la hermana del imputado como ministra de Seguridad".
Caunedo, en 24 carillas, fulminó los pedidos de Campagnoli, delimitó el objeto procesal a la reventa de entradas de River, dijo que eran nulos los pedidos de listados de llamadas que realizó el fiscal para saber con quién se comunicaron los sospechosos y sostuvo que el fiscal no describió las conductas que se adjudican a cada uno de los sospechosos. Por eso declaró abstractas sus solicitudes para que sean detenidos y allanados sus domicilios.
También destacó que la hipótesis de lavado que surge de las escuchas es cuestión de Casanello, y será él quien deba decidir si corresponde el pedido para allanar la SIDE, "con la gravedad institucional que la diligencia supone y en virtud de las nulidades que he advertido, que de momento sólo se asienta en las conjeturas del fiscal Campagnoli".
SALPICADA POR LAS LLAMADAS
Cecilia Rodríguez - Ministra de Seguridad
Charlas
A su hermano le ofrecieron lavar plata de una empresa de Lázaro Báez; ella aparece en dos escuchas hablando con su hermano
Un diálogo revelador
Conversan Diego, hermano de la ministra, y Fabio Penna, otro investigado
Diego: -Mudo.
Fabio: -¿Qué pasa con vos? ¿Tan rico estás?
Diego: -No, boludo. Qué voy a estar rico. Al contrario. Si mañana...
Fabio: -¡Tenés la plata... tenés la plata desde el viernes!
Diego: -Y bueno amigo, después la voy a buscar.
Fabio: -Y sí. Como quieras.
Diego: -Y, no me voy a gastar cinco lucas el fin de semana.
Fabio: -Y si te la ibas a gastar... ¿no?
Diego: -No, no, no, loco, no. En este momento, no. En otro momento, sí. ¿Todo bien?
Fabio: -No, porque tenés eso. Tenemos que ir a rescatar los cheques, eso sí. Pero bueno, una cosa no tiene nada que ver con la otra...
Diego: -No, no. Yo calculo que después de estos días ... Eh... Ahí el cliente me dijo que me iba a pagar. Me garcó, ¿viste? Este hijo de puta. Porque encima yo mañana necesitaba cambiarte, la puta madre. Estoy podrido de los clientes, Fabio. ¿No tenés uno que me quiera comprar la fábrica?
Fabio: -Y... Hay que ver, hay que ver. ¿Mucho movés ahí?
Diego: -¿En la fábrica?
Fabio: -Sí. [...] Te cuento por qué. Hay una empresa que necesita facturar y encima darte la factura blanca. Vos le tenés que hacer el cheque, ellos te dan la plata y por ahí te dan un quince arriba. Ponele: te facturan dos palos y te dan tres gambas. No la escuchaste nunca, ¿no?
Fabio: -Entonces te ponen que te cambiaron todos los pisos de la fábrica, te facturaron dos palos. Te dan los dos palos, ¿me seguís?
Diego: -Sí.
Fabio: -Te hacen la boleta de un palo setecientos más IVA.
Diego: -Sí...
Fabio: -Y te dan tres gambas.
Diego: -Pará. Escuchame: ¿y el cheque no? El cheque, ¿lo depositan?
Fabio: -Claro, sí, sí, sí. Como que vos hiciste el arreglo en la fábrica. ¿Me entendés lo que te digo?
Diego: -Y me gano tres gambas.
Fabio: -Correcto. Y te comés el IVA.
Diego: -Y eso, ¿cuándo es?
Fabio: -Y... No sé. Mirá: estaban haciendo una operación ya esta semana unos amigos míos. Yo después te aviso. Pero tiene que ser alguien que pueda justificar que le hicieron las obras. ¿Me entendés lo que te digo?
Diego: -Que cambié todos los pisos, dije.
Fabio: -Claro. Para que no se escuchen ruidos, insonorización... cualquier cosa.
Diego: -Claro.
Fabio: -Tienen que hacer, ya te digo: dicen que trescientos palos verdes... necesitan lavar. Así que imaginate si hay para hacer facturas.
Diego: -Seguro. Conseguime. Si después me podés conseguir el nombre y el CUIT.
Fabio: -¿De la empresa?
Diego: -Sí.
Fabio: -Austral Construcciones, ya te lo doy.
Diego: -Ah... ¿Es para Austral?
Fabio: -Claro. Lo que necesitan ellos es decir que ganaron plata.
Diego: -Listo.
Fabio: -[...] ¿Me interpretás? Cosas que sean incomprobables. [...]El jueves se reunieron en el Faena con estos pibes. Iban a hacer una de quinientas lucas en una empresa constructora. Si la hacen y sale, te aviso.