Los polos, las zonas templadas del norte y del sur del planeta, las cumbres montañosas… la nieve cubre innumerables paisajes de todo el globo y está estrechamente ligada al equilibrio climático. Es la forma sólida del agua que se cristaliza en la atmósfera. Al caer sobre la superficie terrestre, cubre de manera permanente o temporal alrededor del 23 % del planeta, señala la Enciclopedia Britannica.

La nieve cae al nivel del mar hacia los polos de latitud 35° norte y 35° sur (el paralelo 35° atraviesa países sudamericanos como Chile, Argentina y Uruguay), aunque en las costas occidentales de los continentes suele caer solo en latitudes más altas (es decir, más al norte en el hemisferio norte y en zonas más australes del hemisferio sur). 

En las regiones cercanas al ecuador, la nieve se presenta únicamente en zonas montañosas, a altitudes de aproximadamente 4900 metros o más.

¿Qué es la nieve?

La nieve es la “precipitación de cristales de hielo, separados o aglomerados, que caen de una nube”, señala la Organización Mundial Meteorológica (OMM).

Los copos de nieve se forman a partir de cristales de hielo que generalmente adoptan un patrón hexagonal, a menudo intrincado, añade la Enciclopedia. El tamaño y la forma de estos cristales dependen principalmente de la temperatura y de la cantidad de vapor de agua disponible durante su formación. 

Si el aire es húmedo, los cristales crecen rápidamente, desarrollan ramas y se agrupan para formar copos de nieve. En condiciones más frías y secas, las partículas permanecen pequeñas y compactas.

“Cuando las temperaturas están por encima de –5 °C aproximadamente, los cristales suelen juntarse y formar copos de nieve”, agrega la OMM.

Tal como explica el organismo meteorológico, en una nevada suelen generarse distintos tipos de cristales de nieve, y durante una sola caída se pueden observar cristales de casi todos los tipos.



National Geographic