El paso de estrella gigante roja a enana blanca. Foto: NASA, ESA, STSCI, A. PAGAN (STSCI)
En la imagen podemos ver a M76, una nebulosa planetaria. Las nebulosas planetarias, a pesar de su nombre, no tienen que ver con los planetas; se llaman así porque los antiguos astrónomos, en sus telescopios de baja potencia, confundían su forma redondeada con la de los planetas.
¿Y con qué tienen que ver entonces las nebulosas planetarias? ¡Con las estrellas! La nebulosa M76 nació de una estrella gigante roja moribunda que expulsó sus capas externas de gas y polvo, creando la brillante cáscara que vemos en la fotografía.
Después de que una estrella gigante roja expulsa sus capas externas, lo que queda es el núcleo caliente y denso de la estrella... Y por eso, el colapso de la gigante roja le sirve a la nebulosa para formar una enana blanca.
"M76 es uno de los restos estelares más calientes conocidos, a una abrasadora temperatura de 120.000 grados Celsius, 24 veces la temperatura de la superficie de nuestro Sol", explica la ESA, y añade que si queremos ver la ardiente enana blanca, esta aparece como un punto en el centro de la nebulosa.