Daniel Sosa, padre de un niño con discapacidad, ha levantado la voz para resaltar las dificultades que enfrentan para acceder a la educación adecuada. Según Sosa, la falta de un acompañante para su hijo, cuya presencia debería ser garantizada por la institución educativa correspondiente, ha llevado a que la escuela acepte al niño solo durante medio turno.

Esta situación se agrava debido a que la institución responsable de proporcionar el acompañante no está recibiendo el pago correspondiente por parte del Estado nacional. Ante esta problemática, Sosa ha buscado respuestas y soluciones en diversas instituciones, incluyendo la Justicia Federal y la Defensoría del Pueblo, pero hasta el momento no ha obtenido una respuesta satisfactoria.

El caso de Daniel Sosa y su hijo refleja una realidad preocupante en la que los niños con discapacidad se ven privados de su derecho fundamental a una educación inclusiva y de calidad debido a obstáculos burocráticos y financieros. La falta de acceso a una educación adecuada no solo afecta el desarrollo individual de estos niños, sino que también constituye una violación de sus derechos fundamentales.

Informe 16