Dani Alves fue encontrado culpable por el delito de agresión sexual contra una joven de 23 años en una discoteca de Barcelona. Esta mañana el tribunal de la sección 12 de la Audiencia lo condenó a cuatro años y seis meses de prisión.
A más de un año de lo sucedido en el boliche Sutton, el exlateral derecho arribó al recinto desde el centro Brians 2, en el cual se encuentra detenido desde enero del año pasado, y escucho la condena del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña acompañado por su abogada, Inés Guardiola. Si bien desde la Fiscalía habían solicitado nueve años, el magistrado estableció que sea la mitad de lo pedido y que tenga cinco años de libertad vigilada, alejamiento e incomunicación con la victima por nueve años y seis meses, una indemnización de 150.000 euros y hacerse cargo del pago de las costas.
El proceso judicial al que se sometió el exjugador de Barcelona de 40 años lo integraron tres audiencias a principios de febrero y la resolución se dio 15 días después. Durante las mismas se escucharon a los protagonistas, la victima declaró detrás de un biombo y con la voz distorsionada, y a varios testigos de ambas partes. Desde el lado del multicampeón, quien cambio varias veces su discurso durante la investigación, la estrategia que mantuvieron, y por la cual van a apelar la sentencia, fue atenuar la condena por la presencia del consumo de alcohol, tal como lo expresa los artículos 20 y 21 del código español.
A partir de ahora, Alves continuará su estadía en el mismo centro penitenciario, el cual está destinado a los acusados por delitos sexuales, en donde se encuentra ocupando una celda individual y, según el medio español El Periódico, pasa la mayor parte del día en soledad. Además, el mismo diario aseguró que el tres veces mundialista con Brasil no goza de privilegios y fue elegido para realizar las tareas de limpieza y mantenimiento.