En la Argentina, 15.000 mujeres recibieron los implantes mamarios con un gel no homologado
Jean-Claude Mas, fundador de la empresa PIP, que inventó y fabricó implantes mamarios defectuosos que afectaron a más de 5000 pacientes en Francia y 80.000 en el mundo, incluyendo la Argentina, fue condenado ayer a cuatro años de prisión por el Tribunal Correccional de Marsella, en el sudeste de Francia.
Mas, de 74 años, fundó en 1991 la empresa Poly Implant Prothése (PIP), convertida en el cuarto fabricante mundial de prótesis mamarias gracias a sus implantes de bajo costo, fabricados con un gel no homologado por las autoridades.
El acusado fue condenado, además, a una multa de casi 90.000 dólares, frente a los 1.350.000 reclamados por la acusación, y a la prohibición de ejercer una profesión en el terreno sanitario o médico.
Mas deberá, además, indemnizar a las casi 5000 víctimas que se presentaron en el juicio por daños morales y ansiedad, así como perjuicio corporal, con un máximo de 20.000 dólares.
Los abogados del fundador de PIP anunciaron que apelarán la condena, por lo que, por el momento, no ingresará en prisión.
Además del creador de las prótesis PIP, el tribunal condenó a otros cuatro trabajadores de la empresa a penas de entre tres años de cárcel, con dos exentos de cumplimiento, y año y medio de prisión sin cumplimiento.
Todos ellos han sido considerados culpables de haber puesto en marcha un proceso para engañar a las autoridades sanitarias francesas y poder fabricar en su planta del sudeste francés prótesis con un gel no homologado, derivado de una silicona industrial diez veces más barata que la de sus competidores, lo que las convertía en las más competitivas del mercado.
Hasta su prohibición, en 2010, poco después de que se multiplicaran los incidentes con las prótesis mamarias PIP, la acusación estimó que la empresa se ahorró un millón de euros anuales en gastos de fabricación.
PIP llegó a obtener el 84 por ciento de su facturación fuera de Francia, esencialmente en América latina, donde en países como Venezuela se estima que 33.000 mujeres fueron operadas. En la Argentina, 300 mujeres iniciaron una demanda colectiva en la Justicia, pero se estima que unas 15.000 argentinas recibieron implantes de esa firma.
Pese a las acusaciones de fraude, durante el juicio Mas confesó utilizar una silicona industrial, pero afirmó que sus prótesis no tenían ningún riesgo sanitario y acusó a las mujeres que lo llevaron ante los tribunales de ser "frágiles" y de pretender "sacarle el dinero". Un dinero que asegura que no tiene, porque, según explicó en la audiencia, el cierre de su empresa lo dejó en la ruina, algo que los abogados de las denunciantes consideran falso, por lo que pidieron que se investigue la posibilidad de que tenga fondos ocultos en paraísos fiscales.
En el ojo de la polémica también está la empresa alemana Tüv, que durante años certificó las prótesis de PIP y pasaba por alto que estaban fabricadas con un gel no homologado.Esta empresa fue condenada por el Tribunal de Comercio de Toulon a indemnizar a 1500 víctimas.
UNA ESTAFA PELIGROSA
Gel industrial
La empresa PIP obtuvo en pocos años un gran crecimiento en el mercado gracias a sus precios competitivos. Su secreto era que utilizaban un gel industrial 10 veces más barato que los homologados
En la Argentina
Se estima a que 15.000 mujeres argentinas les implantaron las prótesis PIP en el país. Unas 300 iniciaron una demanda colectiva en la Justicia. (Fuente: lanación.com)