Daiana Fuica, una y otra vez se puso en pie ante la adversidad para cumplir su sueño de ser maestra y ante el quinto intento logró concretarlo tras encontrar la motivación en sí misma y el hijo que esperaba. La joven tiene 27 años, vive en Godoy Cruz, Mendoza y por Gente Necesaria dijo que, hoy puede decir que es feliz trabajando en su profesión.
Daiana pasó su infancia en un centro educativo en el que su mamá era empleada y fue allí que surgió su vocación por ser maestra.
Tras resultar abanderada en el nivel primario, pudo elegir el colegio en el que quería hacer su secundario y eligió el Colegio Normal que además tenía especialidad en Educación. En el Instituto del Bicentenario comenzó su carrera de maestra y así fue que se puso la meta de culminarla cuando mucho en cinco años en el marco de muchos obstáculos. Daiana estudiaba de noche y trabajaba de día.
Su mamá falleció cuando tenía 19 años y ella quedó a cargo de la casa y de su hermanito que tenía un año.
Por esto, para solventar sus estudios y la familia, empezó a colaborar en un centro de reciclado donde hizo de todo, desde juntar cartones hasta separar los residuos y capacitar sobre la separación en origen.
Con el tiempo, pudo cumplir su objetivo y estar al frente de un grado de escuela primaria, tras cinco intentos de ingresar en la carrera de sus sueños. “En el medio de la carrera quede embarazada y eso me impulsó a recibirme. El apoyo de mi compañero y entorno fue fundamental porque me alentó a seguir y concretar el sueño”, remarcó.
Calificó como “sublime el momento en el que se recibió”, al cual compartió con su hijo.
La experiencia con sus alumnos
Al año siguiente de recibirse, Daiana comenzó a trabajar en una escuela cerca de su casa, en la que inicialmente fue a hacer un reemplazo. Hoy ya es titular.
“El primer día me temblaba todo. Era una mezcla de ansiedad y nervios porque todo era nuevo y más aún por la modalidad que se estaba implementando tras la pandemia. Fue una experiencia hermosa con mis alumnos”, manifestó.
Sostuvo que está feliz de levantarse todos los días, poder trabajar de lo que le gusta y no sentirse obligada.
“A los niños trato de inculcarles de que aprovechen todo lo que tienen, sobre todo los afectos más allá de lo material. Quiero dejarle cosas positivas, como el mensaje de que a las oportunidades se las da uno mismo”, manifestó.
Estudiar y trabajar al mismo tiempo
La cursada en el Instituto del Bicentenario de Mendoza era nocturna por lo que Daiana trabajaba de día. Lo hizo como recuperadora urbana en una cooperativa que estaba conformándose donde vendían los materiales recolectados y luego con sus compañeros, repartían lo ganado de acuerdo a las horas de trabajo de cada uno.
En el último año de la facultad, dejó la cooperativa y dio clases de apoyo a dos niñas lo que le permitió terminar la facultad.
Por otra parte, destacó el rol de la educación pública y mencionó las motivaciones que buscó en sí misma para alcanzar su sueño, en medio de tantas dificultades.
“Es lindo el camino de la lucha, autosuperarse y evitar echarle la culpa a la vida. Uno decide si se queda estancado o pelea por crecer”, concluyó.
Conductor: Pablo Ferrari
Operador: Andres Berretta
Producción Periodística: Carolina Chiarotto