El Bosque Atlántico es el segundo Bosque Tropical sudamericano en cuanto a biodiversidad después del Amazonas y sus remanentes más importantes han quedado aislados entre sí por un dramático proceso de transformación de la selva por parte del hombre.
El yaguareté subsiste en menos del 7% de la superficie de este bioma que se extendía en la Provincia de Misiones, el S y E de Brasil y el E de Paraguay. Las poblaciones que aún sobreviven están aisladas entre sí por lo que van perdiendo variabilidad genética rápidamente y se enfrentan a un serio riesgo de extinción si no se toman medidas urgentes para protegerlas. Uno de los autores de la nota, el Dr. Agustín Paviolo, quien se desempeña como investigador del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical (IBS) de la Universidad Nacional de Misiones sostuvo que “perder al yaguareté sería muy grave para nuestro ecosistema. La especie es el mayor depredador de estas selvas y juega un rol fundamental en la regulación de las poblaciones de herbívoros y pequeños carnívoros, por lo que indirectamente regula gran parte de los procesos que mantienen a la selva en funcionamiento. Es además una imagen irremplazable para mostrar que nuestras selvas están bien conservadas, lo que atrae a miles de turistas de todo el mundo y genera innumerables puestos de trabajo”.
En nuestro país, el Corredor Verde de la Provincia de Misiones alberga uno de los remanentes de Bosque Atlántico más grande en el mundo y una de las poblaciones de yaguareté con mayores posibilidades de supervivencia en toda la región. “Esto nos pone en un lugar de privilegio, pero también nos impone una gran responsabilidad” sostuvo Paviolo. Actualmente se estima que sobreviven alrededor de 50 individuos en toda la provincia de Misiones siendo sus principales amenazas la caza furtiva, la pérdida de hábitat y los atropellamientos en rutas. El investigador agregó: “Aún estamos a tiempo de revertir el proceso de extinción del yaguareté en el Bosque Atlántico y en Argentina. En los últimos 10 años, los científicos hemos visto cómo una decisión política clara desde el Estado ha mejorado sustancialmente la situación de la ciencia en nuestro país. Esta misma ciencia es la que hoy nos provee de un diagnóstico claro de la situación crítica de algunas especies y ecosistemas, y genera los conocimientos para tomar decisiones efectivas para revertir esta situación. Pero ahora es indispensable que el Estado Nacional y los Estados de las provincias donde habita la especie asuman un rol mucho más activo en este tema, liderando las acciones para su conservación y asignando un presupuesto para llevar adelante las políticas públicas necesarias. Estoy convencido que la conservación de especies amenazadas y los ecosistemas podría tener una rápida transformación positiva, similar a la de la ciencia, sólo es una cuestión de voluntad política” finalizó.
Ver nota completa en Science: http://www.sciencemagazinedigital.org/sciencemagazine/22_november_2013?pg=30#pg30
Créditos fotográficos: Proyecto Yaguareté (CeIBA)
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