Alejado de un marco festivalero, el espectáculo pintaba alfombra roja de un Libertador… Pero no, solo Soledad sabe mezclar el clima peñero y el brillo de un espectáculo de gala en un mismo espectáculo para un público de todas las generaciones.
 
Así fue que pasadas las 21hs una gran cortina sobre el escenario comienza a proyectar flores e imágenes visuales que te llevan a la armonía de un campo, de paisajes de trenes y de caballos al galope.  Una Soledad elevada con una “caja coplera” le da la bienvenida a “Natural” su nuevo disco.
 
“En tiempos tan comerciales y donde todos buscamos vender, este disco es lo más alejado a esto”.  “Un disco que me dí el gusto de hacer, de buscar los músicos”, así es “Natural” dijo la cantante, que con 30 años en la música ese amor con Córdoba lo vio nacer.
 
“Yo era muy chica, tenía 15 años cuando aquel Cosquín me dio la oportunidad, aunque ya venía a Córdoba desde antes, a los 12 años y siempre fue la provincia, la gente que hizo mi carrera”, dice la Sole emocionada.
 
Con banda de dos guitarras, contrabajo, piano, acordeón, percusión, dos coros, bailarines en escena y cuarteto de cuerdas, esta es una puesta: fantástica. Además, le suma cortes musicales y tres cambios de vestuario, para un ir y venir de estilos y recuerdos musicales impecables.
 
“Copla de Amor”, “Esta vida” y “A la Abuela Emilia”, algunas de las canciones para abrir las más de dos horas de show.
 
Del disco Natural no fallaron: “Los Paisajes” y “De solo pensar en Ti”, que con un grito de sapucai nos trasladamos del teatro a tierras litoraleñas en un segundo.
 
“Córdoba es como estar en casa, amo la provincia que me vio crecer. Y, en estos momentos difíciles, no porque sea un año electoral, elijo vivir en mi país, en estas tierras”, así lo dijo la cantante que repasa su vida en el pueblo, Arequito, da pie a un himno como “Hispano”, incluido en el disco Natural.
 
Tampoco faltó el patio de la casa de la abuela, o bien podría ser ese patio de una peña santiagueña, con el pingüino de vino en la mesa y el mantel a cuadros. Un bloque apura chacarera “Entre a mi pago sin Golpear” y “A don Ata”, obvio con revoleo de poncho incluido: ¡no lo sueltes nunca Sole! 
 
Si va la chacarera, va a la zamba. Bailarines en escena y toda una performance para abrir un bloque al cuore. Presentes, dijeron “De Simoca” y la bella canción “La Paloma”.
 
“…siento una guitarra, una serenata… Me acuerdo de Córdoba que me dio la luz… Lunita de Alberdi esconde tu cara… Si una noche alegre con mi serenata, se prende y se apaga la luz de un balcón”, Zambita de Alberdi sello de su amor completo Cordobés.
 
Versiones para de pie: Tu cárcel, Que nadie sepa mi sufrir y Yo no te pido la luna. La cumbia santafesina presente en “La Suavecita” (ft. Con Los Palmeras) y Lágrimas y flores, canción que hizo con Natalie Pérez, para que la gente cante completita las letras.
 
Para el cierre, la parte bien con colores de nuestro norte argentino: “El humahuaqueño”, “Ganas de vivir”, “Vienes y te vas” y “Tren del cielo” con una puesta de música, danza y color en un escenario repleto de bailarines del “Grupo Danzarte y los niños y niñas de Cañada de Luque”.
 
Un cierre sublime: con copa de vino en mano, complicidad con el público, un brindis especial con saludo al cielo “por la muerte, esa misma noche del Gato Peters” y la emoción del tema “Brindis”, con ese mensaje de empezar de nuevo… de los fracasos y del volver a ponerse de pie.
 
“Porque los días se nos van, quiero cantar hasta el final, por otra noche como esta, doy mi vida”. Gracias Córdoba! Nada más para decir: Soledad es nuestra tierra, es nuestra Argentina.
 
Vicky Tione