En su paso por un Quality Arena, casi repleto, Natalia Lafourcade presentó su reciente trabajo discográfico: “De todas las flores”, un álbum más personal e intimista, una obra musical inspirada en diferentes experiencias de vida.
Luces bajas y una puesta en escena con un solitario sillón y un velador, da paso a una historia cinematográfica que se presenta en una noche fría de veda electoral.
Natalia Lafourcade entra en plano marcada por la oscuridad, el Negro. Un largo vestido a tono, una falda que hace función de telón con ella misma y los sonidos que desde la montaña resuenan:
“Cúrate mijita, con los besos que te da el viento y los abrazos de la lluvia”... “Hazte fuerte con los pies descalzos en la tierra y con todo lo que de ella nace”... la voz en off de Marina Sabina, aquella chamana y curandera mazateca que tantos poemas narró, y que Lafourcade adoptó en un mal momento: “me ayudó a recordar mi fuerza como mujer y la importancia de estar conectada a la tierra y a la naturaleza“. de ahí... “De todas las flores” (2022).
“Vine Solita”, “De Todas las Flores” y “Pasan los días”, abren esta primera parte de un show centrado en la introspección, la sanación y la conexión con uno mismo.
“Hay que liberar, hay que ser felices, porque venimos a este mundo a ser felices…como este pajarito colibrí que llegó a la puerta de mi habitación tocando cada mañana. Invitándome para salir a ver la vida, en ese tiempo que tanto lo necesité…suena esta balada “Pajarito Colibrí”, unos de los momentos más emotivos de la noche.
También siguió: “Llévame Viento” y la canción “María la Curandera": “Que se vuelvan polvo todos los dolores/ que los queme el fuego y vengan nuevas flores”...
El quiebre llega con “Muerte”,la transmutación que lleva a la mexicana a pasar al otro lado: descalza y envuelta en su largo vestido negro rueda por todo el suelo del escenario para agradecerle a la muerte… por enseñar a “vivir”.
La segunda etapa, el Blanco: con vestido de flecos y brillos, Natalia Lafourcade da lugar a al folk y a la canción latinoamericana.
Con luces de colores, y un guiño al baile hace una gran versión de “Cien años” el clásico ícono mexicano, para hacer un recorrido por las diversas culturas.
“Tanto que Amo… Venezuela allá vamos…” y así fue que Lafourcade interpretó: “Tonada de Luna llena”.
El invitado de la noche: Gabriel Merlino, en bandoneón, para hacer la bella versión de “Alfonsina y el Mar” y “Gracias a la vida”.
“Esas musiquitas que sonaban en mi casa” dijo la cantautora haciendo alusión a aquellas canciones Chilenas, “que me conectan con papá”... y sin más se escuchó “Soledad y el Mar”.
Ya para casi dos horas de shows salieron: “Lo que construimos”, "Para qué sufrir” y “Raíz” que pusieron al público cordobés a bailar en una noche de previa electoral.
El gran cierre se lo reservó para “Nunca es Suficiente” y "Mi Tierra Veracruzana", la canción que habla sobre costumbres del estado de Veracruz, al ritmo de «café con pan» y la mezcla del song de “la bamba” una de las canciones mexicanas más reconocidas en el mundo.
Y así se fue… como una niña feliz, saltando emocionada y dibujando corazones en el aire. Natalia Lafourcade terminó la gira por Argentina metiéndose en el corazón del público cordobés, y dejando huella como una mujer auténtica…y bien de raíz.
Fotógrafo: Nico Defilippi.
Nota: Vicky Tione