Oceanix Busan, el sueño de construir una ciudad flotante para afrontar el cambio climático
- 30/07/2023 14:00 hs
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Corea planea monitorizar la energía que consumen y los residuos que generan 300 habitantes en una urbe que se adapta al nivel del mar.
Una granja lechera, un parque formado por islas y un hotel de lujo que gira en el agua para generar electricidad. Son algunos de los proyectos de arquitectura flotante que han copado titulares en los últimos años. Ahora gran parte de las miradas están puestas en Oceanix Busan, un prototipo de ciudad flotante que se adapta al nivel del mar para albergar refugiados climáticos. El objetivo es que esta urbe esté lista antes de 2030, año en el que Busán aspira a celebrar la Expo Mundial 2030.
Busán es la mayor ciudad portuaria de Corea del Sur. Hwang Hyun-ki, portavoz de la división encargada de la divulgación de exposiciones en el extranjero de la ciudad metropolitana, recibe a un grupo de periodistas españoles en un edificio en el Puerto Norte. “Allí se construirá la ciudad flotante”, cuenta orgulloso desde una terraza mientras señala con un puntero al agua.
El objetivo es que Oceanix Busan se adapte al nivel del mar, que ha aumentado más de 20 centímetros desde 1880, según la Oficina Nacional de Estados Unidos de Administración Oceánica y Atmosférica. Dos de cada cinco personas en el mundo viven a menos de 100 kilómetros de la costa y el 90% de las megaciudades son vulnerables al aumento del nivel del mar, según el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat). Un estudio publicado en la revista científica Nature Communications indica que entre 1993 y 2015 el riesgo de inundaciones costeras aumentó casi un 50% a escala mundial. El futuro no parece optimista: a partir de 2050 podrían inundarse cada año zonas costeras en las que ahora viven 300 millones de personas.
En Oceanix Busan se estudiará qué tecnologías podrían extrapolarse a otras ciudades costeras con escasez de suelo. En teoría, este laboratorio flotante ocupará una superficie de 60.000 metros cuadrados y tendrá tres módulos hexagonales. De las 900 personas que podrán vivir en ellos, 300 formarán parte de un proyecto piloto en el que se recopilarán datos para comprobar si la ciudad es habitable y sostenible. Por ejemplo, se medirá cuánta energía consumen, cuántos residuos generan y si estos son reciclables al 100%, cuenta Hyun-ki: “Se probará si el lugar es autosuficiente”. Sus creadores aseguran que, en ese caso, esta ciudad podría transformarse para albergar a 10.000 personas.
El sitio escogido para construir esta ciudad es perfecto, según Daniel Sundlin, socio de Bjarke Ingels Group (BIG): “Está cerca de la ciudad, pero tiene aguas relativamente profundas”. Este estudio de arquitectura es el encargado de diseñar el prototipo junto con Samoo —del grupo Samsung— y Oceanix, una empresa especializada en estructuras flotantes con sede en Nueva York. El proyecto se llevará a cabo con ONU-Habitat.El sitio escogido para construir esta ciudad es perfecto, según Daniel Sundlin, socio de Bjarke Ingels Group (BIG): “Está cerca de la ciudad, pero tiene aguas relativamente profundas”. Este estudio de arquitectura es el encargado de diseñar el prototipo junto con Samoo —del grupo Samsung— y Oceanix, una empresa especializada en estructuras flotantes con sede en Nueva York. El proyecto se llevará a cabo con ONU-Habitat.