A los argentinos nos cuesta dialogar. Nos cuesta aceptar que el otro puede tener mejores ideas que las nuestras. Nos cuesta reconocer que en la pluralidad está la síntesis.
Hay “grietas” por todas partes: en la política, en los clubes, en las organizaciones intermedias, en las familias. Siempre hay una buena excusa para estar distanciados, pero cuesta observar y advertir los puntos en común que nos encuentren en una misma mesa.
A las “grietas” insoportables, la sana cultura del encuentro es la respuesta. En momentos de crisis, el diálogo es la única solución posible en un sistema democrático. A esa cultura del encuentro convocó la iglesia de Córdoba a los principales dirigentes de todos los partidos, aquellos que en las próximas elecciones van a competir en las urnas. Todos se vieron las caras en un mismo espacio. Todos dijeron cosas. Todos se comprometieron a continuar dialogando tras los comicios. Las diferencias propias del sistema democrático bienvenidas sean en el debate político, la “grieta” por la grieta misma representa una sinrazón que afecta a miles de hogares. Los argentinos, los cordobeses, todos queremos vivir en paz, con previsibilidad, estabilidad. No se puede hacer si la cuerda siempre se tensa hacia un lado o hacia el otro, pues no es tiempo de cinchada, es tiempo de estrechar la mano a pesar de las disidencias ideológicas.
En la foto se vio a Martín Llaryora, Luis Juez, Federico Alesandri, Aurelio García Elorrio, Daniel Passerini, Rodrigo de Loredo, Juan Pablo Quinteros, entre otros. Saludable imagen en tiempos electorales. Ojalá que sirva para transitar una campaña pacífica, con ideas y plataformas sobre la mesa para que los cordobeses luego decidan la mejor opción en el cuarto oscuro. El otro es un circunstancial rival en las urnas, no es un enemigo.
El padre Munir Bracco, que participó del encuentro convocado por el arzobispo Ángel Rossi, habló en la semana con Radio Villa María y destacó la predisposición de los candidatos para dialogar en el futuro, con el claro objetivo de generar políticas de Estado que persistan en el tiempo y brinden soluciones a la población. “La mayoría dijo que el espacio fue muy valioso, que la campaña la transitarían con propuestas. A los dirigentes les cuesta encontrarse, para nosotros fue un desafío y salió muy bien”, afirmó el sacerdote.
Este auspicioso momento debe repetirse en el futuro, nadie puede negarse. Es saludable. Aún en las diferencias. Con la iglesia o con cualquier otra institución de “mediadora”. Hay temas importantes que no pueden esperar más: inflación, trabajo, narcotráfico, seguridad. Y no lo resuelve ni un iluminado ni un solo partido político. Es entre todos. Ojalá que no se desaproveche la oportunidad abierta en la provincia, y que luego pueda replicarse en la Nación toda.
Por Martín Alanis
Periodista LV28 Radio Villa María