A través de un pendrive, se esparció un virus que afectó la red interna. Desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, del que depende el SPC, confirmaron el episodio y señalaron que no hubo filtración de datos. Hay una investigación interna.
Un ataque cibernético afectó el sistema informático del Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC). Desde la Provincia señalaron que los daños fueron solucionados y que no se perdió información sensible. De todos modos, se esperan resultados por parte de la Justicia.
El serio episodio fue detectado por especialistas el pasado viernes 26 de abril, aunque se mantuvo bajo un completo hermetismo y recién se conoció ayer.
Tras numerosas consultas, fuentes oficiales confirmaron a La Voz que durante la mañana de aquel día se introdujo un virus a través de un pendrive en las computadoras del Complejo Carcelario Nº 1 Reverendo Francisco Lucchesse, más conocido como el penal de Bouwer.
A modo preventivo, y para evitar que el software malicioso se propague, los administradores sacaron de operatividad el servidor de archivos.
Sin embargo, el virus se trasladó al servidor de la mencionada cárcel, según lo informado.
Siempre de acuerdo a lo dicho por el SPC, el ataque fue rápidamente encapsulado y al cierre de esta edición los sistemas se encontraban operando en su totalidad. Además, se negaron posibles pérdidas o exposiciones de datos.
El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Córdoba aseguró haber tomado conocimiento del asunto tras las consultas de este medio.
A la par, una alta fuente de esta cartera confirmó que “se va a revisar todo lo sucedido”.
El hecho recuerda a otro ataque reciente, en agosto de 2022, cuando desconocidos lograron hackear y poner contra las cuerdas el sistema informático del Poder Judicial cordobés. Aquel episodio provocó serios trastornos en el funcionamiento de la Justicia.
Nunca dieron con los autores.
ATAQUE AL SPC
En relación al ataque informático al SPC, el jefe del Departamento de Informática de esa institución, Leandro Carbonari, dijo que se dio participación a personal de Seguridad Informática de la Provincia.
“A modo preventivo, se cortaron los accesos a la red de gobierno hasta tanto se corrobore que los sistemas se encuentran en su completo funcionamiento”, declaró.
Aunque insistió: “Al día de la fecha el complejo se encuentra funcionando en su totalidad. Se restauraron los archivos afectados gracias al backup existente y de ninguna manera puede haberse distribuido información sensible a la red de internet, ya que los equipos instalados en el Complejo Carcelario no tienen acceso”, sostuvo Carbonari.
Existe preocupación en trabajadores del SPC quienes, por lo bajo y preservando su identidad (para no recibir sanciones), exigen un total esclarecimiento de lo sucedido.
“Nos habían dicho que había sido sólo un virus, que había ingresado con un pendrive y que todos los archivos estaban resguardados. Sin embargo, quedó todo roto y se cayó el sistema”, coincidieron fuentes que forman parte del SPC.
TEMOR Y PREOCUPACIÓN
Varios empleados temen que el ataque haya sido de gran magnitud. Y advierten que hay información sensible de las personas presas y los trabajadores que podría haber quedado expuesta.
Sobre esta particular preocupación, las fuentes dijeron que en esos programas computarizados se almacena información procesal y personal de los presos.
Por ejemplo, el domicilio, la composición familiar, sus números de teléfono, una reseña de cada preso, el sitio donde se encuentran alojados y otros aspectos de la información procesal.
Con los empleados ocurre algo similar: “El sistema tiene nuestros números de teléfono, nuestra dirección, los nombres de nuestros familiares y cientos de datos”, explicaron.
El temor que se instaló entre los trabajadores del SPC es que esta información pueda haber acabado en manos de extraños.
De todos modos, los especialistas informáticos fueron enfáticos a la hora de negar cualquier posibilidad de una filtración.
Según detallaron, el virus se aprovechó de un puerto USB que sólo está habilitado en algunos equipos instalados en la cárcel de Bouwer. Es decir que no todas las terminales cuentan con este dispositivo de entrada habilitado.
Si bien de la información anterior se desprende que podría ser simple la investigación sobre los responsables de ingresar un pendrive con software malicioso, los informáticos que trabajaron en el asunto explicaron que las tareas se centraron en la recuperación de los datos.
“Lo que se priorizó fue levantar el sistema para volver a operar”, dijeron al ser consultados por el rastreo de los responsables de la intromisión de un virus.
También aclararon que no sólo los administradores cuentan con los permisos para operar los pendrives en las máquinas. “Todos los trabajadores del área donde están esas máquinas son capaces de introducir este medio y de operar”, aseguraron.
Entre otras funciones, por esa vía se cargan y actualizan los oficios que se receptan de los Tribunales. Según dijeron los responsables del área, se extraen los documentos de la red de tribunales y se traslada a las máquinas instaladas en la cárcel, todo a través de un pendrive.
Por ende, tampoco se puede saber si hubo intencionalidad maliciosa.
Mientras tanto, hay averiguaciones internas sobre lo sucedido.
El episodio que sacude por estas horas al SPC se agrega a una serie de serios episodios que han detonado en esta fuerza en los últimos días. Por caso, hubo un crimen en Bouwer, al tiempo que en Cruz del Eje se descubrió a guardias introduciendo celulares. Días atrás, un preso se escapó de un hospital de la Capital cordobesa.