Esta imagen fue tomada durante la última mañana de un viaje de cinco días a la Península Valdés, en Argentina, en agosto de 2022, con un permiso especial para ingresar en el agua con las ballenas francas australes que se reúnen allí entre los meses de junio y diciembre.
"La madre, que se puede ver al fondo, aceptó nuestra presencia y permitió que su cría interactuara con nosotros", cuenta el fotógrafo Don Silcock, autor de la instantánea. "¡Era muy juguetona, pero aún así parecía tener cuidado de no golpearnos con la cola y de estar disfrutándolo de nuestra presencia casi tanto como nosotros de la suya". "La Península Valdés es un refugio increíblemente importante y un santuario para las ballenas francas australes del Atlántico sur, y Argentina ha hecho un excelente trabajo al administrarlo. ¡Fue, sin duda, mi mejor experiencia submarina!".
Las crías blancas como esta son muy raras de ver y se las conoce localmente como "El Blanco". Esta rareza, como podría intuirse, no se debe al albinismo, si no que esta condicionada por varios y extraños factores genéticos que provocan que las crías de la ballena franca austral carezca de pigmentación en la piel. De este modo, con el paso de los años, muchos de estos ejemplares dejarán de ser blancos y adquirirán un color marrón claro que no obstante, nunca llegará a tomar el color oscuro de sus padres.
Fotografía galardonada con el primer premio en la categoría: Black and White del certamen Underwater Photographer of the Year 2023