Dos trabajadores atraviesan los campos dorados de arroz que reflejan la puesta de sol en las terrazas de Honghe Hani, en Yunnan, China. El fotógrafo surcoreano Shin-Woo Ryu, testigo de la escena, explica que los intensos y cálidos colores de la imagen fueron creados por el reflejo del sol de la tarde en en agua. 
Sin embargo, aprovecharemos el título de esta imagen para hablar precisamente del conocido como arroz dorado, una variedad de este cereal que ha sido que ha sido modificada genéticamente para producir altos niveles de beta-caroteno, un precursor de la vitamina A.
De hecho, el arroz dorado fue desarrollado como un modo de abordar la deficiencia de vitamina A; un problema de salud pública en diversos países en desarrollo.

Así, la deficiencia de vitamina A puede causar ceguera nocturna, infecciones respiratorias y diarrea en niños pequeños, dando lugar a un aumento de la mortalidad infantil y la discapacidad visual en estos países. La Organización Mundial de la Salud -OMS- estima que alrededor de 250 millones de niños en todo el mundo sufren de deficiencia de vitamina A. He aquí la importancia del arroz dorado como fuente de vitamina A para personas en países donde el arroz es un alimento básico y donde la deficiencia de vitamina A es común, ya que se  ha demostrado que el consumo de arroz dorado puede aumentar los niveles de vitamina A en el cuerpo.
Pese a sus beneficios, sin embargo, el arroz dorado también ha sido objeto de controversia respecto a la propiedad intelectual de las patentes del grano y la posibilidad de que los agricultores más pobres no puedan permitirse el acceso a este alimento debido a su coste. 

National Geographic