El salesiano Marcelo Ciavatti trabaja en Santa Lucía, uno de los enclaves de pobreza de los alrededores de Rosario y tiene una historia de vida muy particular, digna de ser contada, puesta al servicio de los demás. Vivió por 20 años en una misión de Angola, África y ahora está en su tierra, con su gente que sufre el problema de una violencia desenfrenada.
En diálogo con Gente Necesaria, dijo que a pesar de todo viven centrados en el cuidado de la vida de las familias y sus jóvenes, en aspectos como la educación para que se formen y salgan al mundo del trabajo.
“Esto se desmadra porque no hay voluntad para pararlo. Nosotros sufrimos la muerte de nuestros chicos producto de las balas y la droga, pero somos vecinos”, sostuvo y aseguró que se necesita un cambio de mentalidad muy grande para recuperar lo perdido porque con la represión no basta para cuidar de una comunidad.
Dijo que ayer los integrantes de la comunidad de Santa Lucía se reunieron para planificar el año y ofrecerles a los jóvenes más de 20 cursos y talleres de oficio como herrería, carpintería, reciclaje, peluquería, estética, producción de alimentos, entre otros.
Definió a su comunidad como una mina de diamante, llena de gente que hace el bien, que sabe un oficio y tiene algo para compartir. Su vida comienza todas las mañanas pensando en que ofrecer a las familias, cuales necesitarán consuelo por una pérdida, a que joven buscarán para convocar a sus talleres.
Respecto de
la falta de expectativa de vida de los chicos, dijo que ya no se habla de sacrificio y esfuerzo, sino de inmediatez y cosas materiales. Todo esto destruye a los jóvenes, muchos de los cuales no pasan de los 25 años de edad cuando ingresan al mundo de la droga y la delincuencia, manifestó.
Dijo que a pesar de la dificultad de transmitirle al joven la cultura del esfuerzo y el trabajo es posible, llamándolo por su nombre porque muchas veces viven en anonimato, con amor, sin miedo y ser constantes en la invitación al espacio educativo para reconstruir el tejido social roto por la violencia.
“Algunos se recuperan, renuevan la alegría de vivir, otros entran en un camino de caerse y levantarse continuamente hasta que pueden salir o a veces ya es tarde”, dijo.
Consideró que toda la sociedad Argentina y sus respectivas instituciones, son un poco responsables de la situación de violencia, narcotráfico e inseguridad que se vive.
Respecto a
la realidad de Angola, África, dijo que hay un deseo de aprender a caminar como adultos, de salir del anonimato, de promoverse, capacitarse en oficios, algo que faltó durante décadas por los 40 años de guerra en dicho país.
Comunidad Mbya Guaraní
Esta misión de pueblos originarios está en San Ignacio y es una de las 130 que está dispersa por la provincia de Misiones.
Marcelo estuvo en ella con un grupo de colaboradores, y entre los proyectos está la construcción de una casa prefabricada para que se hospeden capacitadores de todo el país y les enseñen oficios.
“Tenemos que salir a descubrir la belleza de nuestro país, intercambiar los bienes y no dejar que el mal nos arruine la expectativa de vida. Tenemos que seguir luchando, viviendo y haciendo el bien por nuestra patria”, concluyó.
Para colaborar contactarse al 3415 82-4067
Conductor: Pablo Ferrari
Producción Periodística: Carolina Chiarotto
Operador: Raúl Correa