Referentes de las artes plásticas y de la cultura cordobesa pusieron su grano de arena para el Museo de Arte Contemporáneo, orgullo de Unquillo.
“El Museo de Arte Contemporáneo de Unquillo tiene que romper el maleficio de tantas cosas inconclusas; estamos cerca de ese milagro...”.
Carlos Alonso celebra de ese modo la proximidad de la consumación de un sueño que comparten artistas y vecinos de la comarca serrana donde Lino Enea Spilimbergo –precursor en la conquista del paisaje– encendía sus sentidos en las fogatas del atardecer.
Al lado del pintor y dibujante estupendo, Álvaro Izurieta –captor tenaz del alma humana en sus retratos– se suma al afán: “Esta obra maravillosa jerarquizará a Unquillo y a todos los artistas. Además, dejará un testimonio cultural para los tiempos y seguramente despertará vocaciones estéticas en muchos niños y jóvenes con sensibilidad”, sentencia y sugiere.
Luli Chalub –quien se presenta como un artista amateur al que algunos artistas en serio lo consideran un colega– asiente en silencio mientras sorbe un café. Jorge Cabrera, Luis Bernardi, Ernesto Berra, Raúl Díaz y Pablo Canedo completan la rueda de aliados en este desafío. Todos coinciden en la manifestación de la dicha que sienten al avizorar en el horizonte cercano la inauguración del Macu.
La obra se levanta “a pulmón” en un predio de 23 mil metros cuadrado, ubicado en el ingreso sur de la ciudad, donde originalmente funcionaba la estación del Ferrocarril Central Córdoba. La Nación le cedió el espacio en comodato a la municipalidad para la realización del “Paseo de la Cultura”, que tendrá al museo próximo a inaugurar como ícono.
“Nos gustaría que el Macu sea el atrio de la ciudad donde los artistas saluden con sus creaciones a propios y visitantes”, propone con entusiasmo Germán Jalil, intendente de Unquillo.
El mandatario recuerda que, además de la de cultural, el paseo contará con áreas deportivas y recreativas. “La idea es que constituya un espacio multisectorial, colectivo e integrador”, sintetiza.
Para concretar el anhelo, un grupo de artistas, vecinos y el gobierno municipal formaron una comisión mixta que, en 2007, por ordenanza 486 del Concejo Deliberante, recibió la administración del terreno para el proyecto que hoy se palpa.
Adriana Peretti sigue de cerca la construcción. Esta arquitecta apasionada cuenta que, para reunir fondos, se realizaron muestras de artes visuales, pinturas y esculturas, entre otras alternativas. También se subastaron piezas fundidas en bronce a partir de originales donados por artistas comprometidos con el sueño colectivo.
Además de los nombrados, tributaron a la causa, de distintas maneras, Alberto Bastón Díaz, Luciana Bertoloni, Miguel Ángel Budini, Juan Carlos Distéfano, Hernán Dompe, María Finochietti y Sara Galiasso. Jorge Gamarra, Rodolfo González del Solar, Julio Guillamondegui, Marcelo Hepp, Susana Lescano y Eduardo Quintana son otros que anotaron su aporte en esta partida. Marta Minujín, Guillermo Rodríguez, Antonio Seguí, Roxana Serra, Leo Vinci y Luis Wells figuran también en la nómina de amigos benefactores del museo.
Oscar Julián Valtier, presidente del Macu destaca que lo hecho hasta ahora ha sido posible “gracias al aporte generoso de numerosas personas e instituciones: artistas donando sus obras, empresas y coleccionistas privados patrocinando y adquiriéndolas, y el gobierno municipal y la comunidad de Unquillo apoyando de manera incondicional el proyecto museístico”. La ausencia de una galería con características contemporáneas en cuanto a su concepción arquitectónica y posibilidades de desarrollo cultural en la región para la realización de muestras de alto valor e impacto simbólico-social fue uno de los impulsos del proyecto. También, la gran cantidad de artistas visuales y en general que viven en la comarca. Hay censados unos 450.
“Ellos conforman una comunidad artística importante que se convierte en un elemento identitario clave y en un potencial motor de crecimiento social y cultural, en tanto representan una clara referencia de pertenencia y arraigo al lugar”, apunta Adriana Peretti. Redacción Héctor Brondo