Jana Dresdner de 10 años nació en un circo, vive en él y recorre el país en esta fábrica de sueños. Cursa 5º grado en la Escuela Presidente Argentino Roca de Tucuman y si bien cambia hasta diez escuelas por año, esto no le impide ser una buena alumna y responder positivamente a los conceptos que va aprendiendo, según sus docentes.

Por esto fue distinguida como Orgullo Tucumano por el Gobierno provincial.

Además, practica acrobacias desde los 6 años, toma clases de gimnasia y expresión corporal y a los 8 años pisó el escenario del circo por primera vez. Esta vida rodante le permite viajar, conocer lugares y gente.

Así lo indicó su padre, Fernando Dresdner en diálogo con Gente Necesaria. Integrante de esta familia circense, se ocupa de la logística y relaciones públicas del circo Safarishow un espacio con más de 100 años de existencia.
 
“El estudio para un niño de circo es muy difícil, tratamos de implementar mecanismos para que no pierdan muchos días de escuela y por casualidades del destino fue premiada donde nació”, indicó.

Sobre el constante cambio de grupos a los que deben adaptarse los niños circenses dijo que se encariñan con la escuela a la que llegan aun sabiendo que en poco tiempo tendrán que emprender viaje.

Destacó que su hija conserva amigos y el cariño de sus maestras y compañeros de cada lugar que recorre.

Dijo que si bien en la actualidad hay muchas alternativas de estudiar a distancia le dará la oportunidad a Jana y sus hermanos de que elijan que vida querrán hacer ya sea residir en un lugar o continuar con la vida del circo.

“El aplauso es el mejor premio para un artista que nació en esta vida y al que le es muy difícil dejarla”, indicó Fernando.

Aseguró que están con todas las pilas para llevar esta fábrica de sueños a cada rincón del país.