Se trata de la oruga Helicoverpa armigera, que recientemente fue detectada en Brasil y Paraguay. Su identificación temprana es fundamental porque ataca a los principales cultivos agrícolas
El Programa Nacional de Protección Vegetal del INTA trabaja en la detección temprana de una nueva plaga: la oruga Helicoverpa armigera. Debido a que fue identificada en Brasil y Paraguay, “es fundamental diseñar una estrategia para evitar que su probable ingreso al país nos tome desprevenidos”, señaló Eduardo Trumper, especialista en ecología y manejo de plagas del INTA. Entre las principales características que la convierten en una amenaza, Trumper detalló: “Es una especie polífaga, o sea, que se alimenta de un amplio rango de especies, entre los que se encuentran algodón, soja, girasol, maní, colza, maíz, sorgo, trigo, mijo, alfalfa, tabaco, hortalizas, plantas ornamentales y algunos frutales como ciruelos y citrus”. De acuerdo con Juan Carlos Gamundi, especialista en manejo integrado de plagas del INTA Oliveros –Santa Fe– se trata de una especie muy plástica que se adapta a diversos ambientes incluso resiste situaciones climáticas rigurosas. Además, “tiene una alta movilidad, lo que favorece desde su dispersión entre cultivos hasta la migración entre distintas regiones geográficas”. “Posee una elevada tasa reproductiva. Cada hembra puede poner en promedio entre 700 y casi 1.500 huevos, dependiendo de las condiciones nutricionales y la temperatura,” indicó Trumper. “Un detalle que no es menor –destacó Trumper–, es que para que un insecto sea considerado plaga agrícola, éste debe ocasionar un perjuicio económico. En otras palabras, no es para alarmarse, pero sí estar atentos a las recomendaciones que las entidades como el INTA, SENASA y Universidades”.
Helicoverpa armigera posee una amplia distribución geográfica. Fue registrada en Europa, Asia, África y Oceanía. A principio de este año, se publicó el primer registro americano de esta plaga, uno de los insectos que genera mayor atención mundial debido al impacto que provoca en una gran variedad de cultivos.
Una investigación de Embrapa sitúa a Brasil como puerta de entrada. Allí, se detectó la presencia en lotes de soja y algodón en los Estados de Goiás, Mato Grosso y Bahía. Luego, se amplió el área de detección al Estado de Paraná. De acuerdo con ese informe, esta especie ingresó al país por medio de la importación de flores y materiales de propagación vegetativa.
En octubre, se confirmó la presencia en Paraguay. Casi simultáneamente, en la Argentina, el SENASA recibió la comunicación de registros de esta especie en la provincia de Tucumán y actualmente sigue los protocolos establecidos internacionalmente para la declaración oficial de la presencia de una nueva plaga.