En un extraño incidente, un grupo de delincuentes robaron al empresario Carlos Molinari, una de las personas señaladas en las investigaciones periodísticas sobre la operación de lavado de dinero que involucraría a Lázaro Báez y al fallecido ex presidente Kirchner.
Molinari rompió el silencio esta semana y realizó un raid mediático para refutar las acusaciones sobre su pertenencia a una red de manejo de divisas por fuera del mercado legal. Minutos después de una de esas entrevistas, con la señal de cable C5N, sufrió un violento asalto.
Molinari circulaba con su automóvil de alta gama Audi 7 por la avenida del Libertador y dobló en Ruggeri, en el límite entre los barrios de Palermo y Recoleta. En ese momento, su vehículo fue cruzado por dos automóviles, un Volkswagen Bora y un Volkswagen Golf.
Dos delincuentes descendieron armados de esos vehículos y obligaron a Molinari a abandonar entre empujones y golpes el Audi 7. El empresario entregó entonces algunas pertenencias y los asaltantes escaparon en los tres automóviles, según el reporte que la víctima dio a los policías cuando éstos se acercaron al lugar tras el aviso telefónico sobre el robo. En su denuncia no consta que el empresario se hubiese dado cuenta de que lo estaban siguiendo y tampoco se hizo referencia a otras actitudes de los malhechores, más allá de la violencia empleada para quedarse con el vehículo de lujo.
De inmediato se montó un operativo especial de seguridad para dar con esos delincuentes, pero éstos lograron huir. Pero minutos después apareció la sorpresa: el Audi 7 fue hallado estacionado en Alvear y Montevideo, una de las zonas más elegantes de la ciudad y a menos de 20 cuadras del lugar del ataque.
Los investigadores estiman que los ladrones sólo tuvieron en su poder el automóvil de Molinari por unos cinco minutos.
Este empresario, dedicado al desarrollo de inversiones inmobiliarias en la Argentina y el exterior, fue colocado bajo la lupa pública tras las confesiones periodísticas de Leonardo Fariña sobre la triangulación de dinero ilegal. Molinari reconoció haber sido jefe de Fariña y manifestó que era de su propiedad la Ferrari que éste utilizaba. Y dijo además que fue él quien financió el casamiento de Fariña con la vedette Karina Jelinek.
Molinari también estaba vinculado con el financista Federico Elaskar, quien explicó durante una entrevista con el periodista Jorge Lanata cómo funcionaba una financiera con negocios ilegales en el edificio Madero Center.